El día que Macri te jode una teoría

Artículo de Walter Binder Castro

A medida que iba puliendo este pequeño artículo en mi mollera, me han ido viniendo a la cabeza, la cantidad de paralelismos que existen en mi psique entre Argentina y Andalucía. Seguramente mi buen amigo Rafa G. García de Cosío pueda confirmar dada su experiencia viajera lo que yo sé por lo que lo ha viajado mi mente.

Si hablamos del pueblo, creo que comparten una manera única de ver la vida y con un ingenio especial, el cual se ve sobre todo en el lenguaje y en muchas otras cosas, entre otras, el ejemplo que posteriormente comentaré y que al fin y al cabo ha sido el que me empujó a escribir estas líneas. Quizá sea por ese influjo hispano-italiano, influjo lleno de necesidad de las poblaciones emigrantes de España y el sur de Italia que crearon ese carácter porteño, seductor, irónico y pícaro. El cual se manifiesta claramente en su cine, literatura (Borges, Galeano, incluso la misma Mafalda) y hasta en su fútbol, donde se define al  jugador que  es más rápido mentalmente que otros y pícaro como: canchero, algo que en argentina es un adjetivo y un orgullo.

Esa picaresca, ese arte ve vivir la vida que transciende al lenguaje, y que se ha transformado en piezas vitales de la cultura de nuestro país como las coplas, poesía y prosa tanto de nuestros grandes literatos como de los desconocidos coplistas de carnaval, demuestran una forma única de ver la vida también distinta en Andalucía. Quizá sea también por el gran crisol de culturas que han pasado por aquí y por las necesidades por las que ha pasado también su pueblo lo que nos ha ayudado a configurar esta visión. Tiene gracia que escriba esto el hijo de una gallega y un austriaco, pero quizás sea el tener visiones del mundo distintas tan cerca lo que ha enriquecido mi capacidad de analizar las diferencias culturales que percibo.

En lo referente a la política, encuentro una frase,  que por otro lado se usa en todo el mundo, pero que en estas dos partes del mundo creo que dicha frase muestra más de estas tierras de lo que lo puede hacer de otras: “Lo que sería esta tierra si no fuese por la política que tenemos.” Esta frase dice mucho en dos sentidos, por un lado, representa la realidad política que asola Andalucía ya casi durante 40 años. Muchas veces hablando con el señor García de Cosío, conveníamos de las posibilidades naturales y humanas que tiene esta tierra, hasta el hecho de afirmar que podría ser la Baviera o la Baden-Wurtemberg de España. Pues bien, tras 40 años de gobierno del PSOE-A seguimos estando a la cola de Europa en gran variedad de índices, y lo mejor, es que estamos a la cola compitiendo con regiones que no han recibido ni la mitad de fondos que ha recibido el gobierno andaluz  por partes de instituciones europeas y nacionales.

Al otro lado del espejo ¿qué decir de Argentina?, tras el Peronismo, la dictadura, los populismos de Menen, el cual empezó de líder obrero y acabo vendiendo el país por partes y dejando al país en la quiebra, para luego pasar por un Kirchnerismo, el cual fue de transición tras la quiebra, hasta la muerte de Néstor y la llegada de su esposa Cristina, con un gobierno insoportable, lleno de oscurantismo, manipulación y corrupción bajo el brazo. Así, un país junto a Chile, con las mejores tasas de formación de América Latina y con una riqueza natural envidiable sigue sin dar a su ciudadanía lo que les podría dar por derecho.

Por otro lado, el segundo sentido de la frase: “Lo que sería esta tierra si no fuese por la política que tenemos.” Viene a hacer referencia al carácter paternalista que se tiene del Estado en ambos lares. En Andalucía, dicho pensamiento viene desde la época de “al señorito sus rentas y al jornalero su jornal” (todo viene dado y no hay nada que se pueda hacer para cambiarlo), a la actual Junta de Andalucía, que como Alá, todo lo dispone. Esa visión también creo que es compartida en parte en Argentina desde la época de Perón y Evita, y de los subsiguientes gobiernos clasificados como peronistas, como los gobiernos Kirchneristas.

Sin embargo, desde hace poco ha ocurrido un hecho para nada baladí, que hace que esta teoría mía de la unión Andalo-Argentina haga aguas. Tras el cambio de gobierno en Argentina, una de las primeras medidas tomadas por el gobierno del actual Presidente Macri ha sido echar a todos los “ñoquis” del aparataje del Estado. Y no, no me refiero a retirar del menú esa rica pasta, la cual además,  es tradición degustar el día 29 de cada mes porque, según se cree allí, ello traerá buena fortuna si a la vez se coloca un billete debajo del plato. Ese ingenio argentino ha apodado ‘ñoqui’ al empleado público (que no funcionario) que se ausenta del trabajo y no cumple tareas. Pero que aparecen en el lugar de trabajo el día 29 a cobrar el salario. Eso sí, para ser “ñoqui” hay que ser “portador” del carnet del partido. ¿Nos suena?

Esa Administración paralela que en Andalucía según los presupuestos de la Junta de Andalucía absorben, succionan, chupan, maman la pírrica cantidad de 7.000 millones de euros  (La Comisión Europea pide a España un ajuste de 10.000 millones de gasto público, por desgracia para ellos y para nosotros, Macri no preside la Junta de Andalucía), tiene que desaparecer para que mi teoría tenga algo más de forma, y para que en vez de camas y colegios se quiten “enchufados” para cuadrar las cuentas. Sin embargo como pesimista que soy llego a la siguiente conclusión. En primer lugar tendría que haber un cambio de gobierno, y en segundo lugar, que el gobierno entrante: A) fuese lo suficientemente valiente para hacerlo y B) fuese lo suficientemente digno para no hacer lo mismo. Porque no nos engañemos, una administración paralela tan amplia, que se ha gestado durante tanto tiempo ante una “oposición” tan inexistente, bien merece que se dude de las intenciones  de la oposición para querer cambiar esto. A lo que añado lo siguiente, los gobernantes que han creado este entramado paralelo para mantener su lugar, no son sobresalientes, ni extraordinarios, ni tienen capacidades mentales fuera de serie (más bien todo lo contrario), y sería muy ingenuo pensar que este mismo sistema no se encuentra en otras CC.AA. las cuales no tienen por qué ser socialistas. El caso, que ni le veo solución ni la espero, pero la realidad es que lo que no une ya a Argentina y  Andalucía es el hecho de que en Argentina se han acabado los “ñoquis” (entre 200.000 y 280.000) pero en Andalucía siguen sobrando los “enchufaos”.