Artículo de Cornelia Cinna
En el debate a cuatro, me imaginaba el cuadro político nacional con Susánida, en vez del sicofante Perico Sánchez. Al hacerme la foto mental, sentí dolores en todo el cuerpo, escalofríos, mareos, rubefacción de la cara, decaimiento, náuseas y vómitos. No sólo la influenza A y B, sino también la porcina. La fiebre me hizo caer en una pesadilla inversa. Vean.
Negativa en cada frase
Lo cierto y verdad es que cada día(z) que pasa, más cerca está de Ferraz nuestra brillante y cultísima presidente andaluza. Famosa por tener un canal autonómico que compite con la BBC, haber traido inversiones de todo el mundo, bajado el paro al 8%, invertido en Sanidad pública, ya en educación ni te cuento o en Dependencia. Los impagos no existen.
Ni que decir tiene que los sanitarios y los docentes la consideran con gran respeto; para los de la Administración, después de derogar la Ley del Enchufimo, es un punto de inflexión en los valores funcionariales restituidos.
Susánida es una colaboradora, sin fisuras, y respetuosa con la Justicia: se desvive para que los casi mil imputados, que tiene en sus filas, sean ajusticiados con los mejores medios y celeridad. Y menos impensable sería, por su parte, aforar a imputados en las faldas protectoras del Parlamento o del Congreso o el Senado. Eso, nunca.
Por supuesto, no se le ocurriría jamás dilatar las causas para que expirasen o llamar a las más altas personalidades judiciales para apartar a ninguna juez. Sería impensable e inimaginable. Ya se ve cómo cumple escrupulosamente las sentencias de los tribunales. Al minuto uno.
Su gestión ha sido, y es, transparente -como el portal- y eficaz: ha roto la mafiosa costumbre del clientelismo, reducido las subvenciones a empresas amigas en un 60%, no tiene ningún imputado en sus filas e investigados, menos. Ha eliminado la deuda pública en un 50% y todos los gastos inanes.
No ha tenido que devolver cientos de millones a Europa por su incapacidad, ya no existe una Administración paralela que nos cueste casi 7.000 millones € anuales, donde aniden todos los enchufados del partido y de los sindicatos. Ah, los sindicatos, esos profesionales que huyen del abrigo del poder. Luchadores incansables contra el colesterol y el yugo de la clase dominante, sobre todo la andaluza.
Como pura demócrata y estadista que es, elige, con su fantástico equipo, a los mejores como al Presidente del Parlamento o al nuevo director general de empleo. Personas de una valía incuestionable y conscientes de su papel institucional, a la par que garantes del cumplimiento de las normas y leyes.
Es indiscutible que Susánida nunca bloquearía la mesa del Parlamento y menos, las tramitaciones de la enmiendas o propuestas de la oposición -excluyo a C´s, obviamente-. Eso nunca lo haría por respeto a nuestras instituciones y a los 5,1 millones de andaluces que no la votaron.
El control del dinero público que lleva a cabo esta insigne mandataria la sitúa entre los mejores no de las CCAA, sino de España. Sobre todo, cuando su partido no dio cuenta de miles de millones defraudados, ella, inmediatamente, hizo auditorías para localizarlos en cada cajón de las instituciónes y fuera de ellas. ¿Dónde estaban los miles de millones de su “hente”? Pues en los bolsillos de su “hente”. ¿Dónde si no? Empero, los localizó con valentía y determinación. Admirable. Taxativa. Incólume.
Yo la veo como presidente del Gobierno nacional como una Merkel, un Cámeron, un Hollande: su discurso brillante, inteligente, limpio, medido, profundo, veraz, creíble, sensato, sólido, con pinceladas de compromisos serios de regeneración nacional y convicción....Un grito seco me quebró la garganta.
Otra espantá
Me desperté del sueño febril. Sí, todo lo anterior ha sido una quimera. Del cielo caí al infierno gubernativo andaluz. Había confundido mis deseos con la fétida realidad andaluza extrapolable, -Dios y los dioses manes no lo permitan-, al plano nacional, de la manita del Seductor Rivera. No se olviden del de la manita. El suavón.
Hoy Susánida, la Princesa Súsanin, debe de haber firmado el piso en Madrid, contratado la luz, agua, gas, teléfono y asistenta; encontrado guardería de élite para su querubín, callista -para que no se los pisen- y peluquera a domicilio, con contrato de confidencialidad. ¿Pensarán que la princesa está triste? No, no, para nada. Estaba todo en su hoja de ruta. Todo lo contrario. La Princesa Súsanin hace tilín-tilín.
Me llenará de orgullo y satisfacción oir el discurso de despedida de la presidente a lo MacArthur. La generala Díaz: “Andaluces y andaluzas España me llama. No me queda más remedio que ser consecuente y responsable por mi amor a España; pero si Andalucía me necesita ¡Volveré!”
La veo, la oigo. Qué estadista se está perdiendo España, Dios. Qué digo España... ¡Europa y el mundo mundial! Nadie es indispensable salvo ella. Susánida de Triana, la Sultana andaluza.
El miércoles 9 estuvo en un acto en Granada, con el opinable ZP ¿Recuerdan? El mayor inepto de la Historia de España. Ése que decía que firmaría todo lo q viniera del Parlamento de Cataluña y el que negó la crisis durante tres años -mientras tanto, el personal hipotecándose hasta las cejas..suyas-. Ése que hizo una cena secreta con Iglesias y Errejón, enfrentándose a Perico Sánchez.
Con ese inane de cuerpo presente, recién llegado de Venezuela sin criticar a Maduro, dice la cenutria que no va a permitir que Coletas Fumanchú Manitú use Andalucía como moneda de cambio para legitimar a los independentistas.
¡Pero si el que tenías al lado, ZP, es el que ha propiciado el manasmo catalán actual! Asimismo, y en su línea de mentirosa, embustera y difamadora hasta decir basta, apuntó a una pinza entre PP y ¡Podemos! Todo para confundir, liar y enmarañarlo todo. Miente, miente que algo queda. Bajunerío político en su máximo esplendor.
¿Saben Vds. cómo presentó la Princesa Súsanin a ZP? Como un gran hombre y un gran presidente y que ella reivindica su “hEREncia”. Ahí queda eso. Así está Andalucía en el eterno cambio que no llega.
Adelantando por la izquierda
Entretanto, las encuestas ponen a Riverita de la Barceloneta ya cerca del PP, pasando al PSOE tres pueblos. Como el votante medio del PP es crítico y el del PSOE es de postureo ideológico con varias propiedades o busca cargos, subvenciones, etc, la sangría de tránsfugas es previsible, al no oler poder o modernismo.
No es imposible que Albert -sin o- quede segundo con tanta “seducción”; pero si desde su mismo partido siguen apostando por despellejar al ambigüo Pedro Sánchez, teniendo a los dirigentes de todos los demás partidos con los machetes, en diez día(z) puede que lo consiga Rivera con la ayuda inestimable de la Princesa Súsanin.
Que los pactos con los podemitas han dejado fuera de nivel a Sicafonte PS, sí. Que los discursos enfrentados entre los expresidentes, debilitado, sí. Que sus salidas desesperadas como pactar con cualquiera frente al PP, es una contraquimio, sí. Pero lo peor es sentir el aliento en el cogote de la Reina del Sur, Susánida, la hidra fagocitante.
Del soldado Sánchez hemos pasado a la generala Díaz. Lo de España es una maldición, si no lo evitamos.
Coda: Susánida no es un modelo a seguir, sino a perseguir.
Lamentablemente, lo que está instalado en España, pero sobre todo en Andalucía, es un sistema, un fenómeno sociológico en el que un partido político ha hundido sus raíces hasta lo más hondo del entramado social y económico de un territorio, formado una inmensa y compleja red clientelar que se auto y retroalimenta. En esa situación lo de menos es la persona que dirija semejante cotarro. Porque tiene vida propia. Porque fuera de los mecanismos legales y normales permite y promueve que mucha gente de todo tipo prospere, no necesariamente gracias al sudor de su frente, sino más bien a la habilidad de saber moverse en esa especie de mundo paralelo, de administración fantasma que en Andalucía todo lo consigue, muchas veces, si no al margen de la Ley, sí saltándose muchas normas que a un ciudadano normal le supondrían obstáculos para conseguir sus metas. De esta forma, en el subconsciente de la población, los cauces legales y la honradez personal y profesional, queden totalmente devaluados. En un caldo de cultivo como ése, cualquier cosa es posible, y en lo que se refiere a que un inútil pueda ocupar las más altas magistraturas, sólo se requiere que el azar mueva sus fichas. Y el inepto se revestirá de la legitimidad democrática que el propio sistema le proporcione, con tal de que sirva a sus intereses; es decir, amamante al monstruo. Una vez arriba, comprendámoslo, somos humanos. El inepto sucumbe ante la lisonja y la adulación, y como sus esquemas mentales son sencillos, pierde la noción de la realidad de su propia estulticia, y pasa a creerse la reencarnación de Adenauer. Y ya está: Susánida (o ZP, o muchos otros)
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