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viernes, 4 de diciembre de 2015

Corrupción en el Parlamento


Artículo de Luis Escribano


En mi artículo de abril de este año (“Luis Maduro”) ya denuncié el bochornoso espectáculo que ofreció la "Mesa de edad" en el Parlamento andaluz, especialmente su presidente, Luis Pizarro (PSOE), provocando dos "muertes": por un lado, la de la democracia, que estaba enferma terminal hasta el día anterior; por otro lado, el del imperio de la ley, la del Estado de Derecho, que estaba aún peor. Asimismo indicaba que el hecho de que un diputado adoptase arbitrariamente una decisión, es decir, por capricho, en contra de lo decidido por la Cámara, sustituyendo su voluntad, era extremadamente grave.
 
Esta denuncia fue el preludio de lo que algunos entonces previmos que iba a ocurrir con la Cámara andaluza. No hay sorpresas, ni siquiera que el grupo parlamentario de Ciudadanos esté demostrando su cinismo: nada tiene que ver lo que defienden sobre la regeneración democrática con lo que hacen, dedicándose exclusivamente a actuar buscando el rédito electoral, tal como ha hecho y hace el PSOE para mantenerse en el poder.

La vergonzosa teatralización de los diputados de ambos partidos, Ciudadanos y PSOE, en el lúgubre escenario del Parlamento andaluz, durante la tramitación del Proyecto de Ley de Presupuestos para 2016 de la Comunidad andaluza, está batiendo record de acciones “totalitarias”, propias de una república bananera. A estas alturas, Venezuela es un paraíso en comparación con Andalucía.

El Reglamento de la Cámara dice lo que dice, aunque el Presidente se empeñe en cambiarlo interpretando el papel de Hitler, como en la genial película de Ernst Lubitsch “Ser o no ser”, o de Chaplin en “El gran dictador”. Uno ya no sabe si tomárselo en plan cómico, o compungirse ante la tragedia representada en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento.

Es obvio que el rechazo de una sección del Presupuesto por la mayoría de los diputados de la Cámara implica el rechazo a la totalidad del Presupuesto. Lo dice bien claro el Reglamento de la misma (artículos 130.1 y 130.5). ¿Qué ha sido un error en la votación por parte de diputados de Ciudadanos? Yo también me he equivocado al votar en muchas elecciones generales, autonómicas y locales, y a mí no me han dejado cambiar mi papeleta, y mucho menos cambiar los partidos elegidos. La ley es la ley, y por mucho que no nos guste, hay que aplicarla. ¿Qué es una mala o injusta ley? Pues que se castigue a los que la aprobaron, por no hacerlo bien.

En el Estado de Derecho, cambiar una y otra vez las reglas del juego cuando la partida ha comenzado nos lleva a la destrucción, porque nadie se tomará en serio el juego. Y esto es lo que está ocurriendo en uno de los pilares de nuestro sistema que atrevidamente denominamos “democrático y de derecho”, nada más y nada menos que en una Cámara de representantes. La corrupción política en Andalucía está alcanzando cotas de compleja reversibilidad ante la inseguridad jurídica que se ha creado.

¿Por qué no se ha de aceptar que se ha rechazado el Presupuesto? ¿Quién defiende que es mejor saltarse las normas porque ese Proyecto de Ley viene a “solucionar la vida de los andaluces”? ¿No será al revés?

Informa Carmen Torres en el diario El Mundo que “el portavoz del PSOE-A en la Comisión de Hacienda y Administración Pública, Jesús María Ruiz, defendió que los Presupuestos de la Junta para 2016 son fruto de un diálogo «responsable, inteligente y generoso» con Ciudadanos que antepone los intereses de los ciudadanos al de los partidos, y también son las cuentas que necesita Andalucía y los andaluces”. ¿Y esto es un motivo para saltarse la ley, la opinión de unos diputados? Les aseguro que, en comparación con el Presupuesto propuesto por el Gobierno del PSOE con el acuerdo de Ciudadanos, yo mismo podría elaborar un Presupuesto mucho más justo y solidario, y por supuesto, despojado de intereses partidistas.

Si los diputados andaluces de estos dos partidos no cambian su postura, dejarán entrever sus actitudes totalitarias y corruptas. ¡Pobres de aquellos que habían puesto sus esperanzas en el partido naranja, que venía a regenerar las instituciones públicas! Éste, desde luego, no es el camino.

El tiempo acabará dándome la razón: Ciudadanos no tiene proyecto político salvo el de ganar votos vendiendo lo que haga falta. ¿Qué el PSOE, el PP, IU o Podemos son la solución? No, no, tampoco. Ya lo dije en mi artículo “Bandidos y estúpidos en los partidos”, e insisto en ello: ningún partido político se toma en serio la situación que estamos sufriendo en España y especialmente en Andalucía.

¡Agárrense los machos que vienen curvas!



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