Artículo de Luis Escribano
En mi artículo de abril de este año (“Luis Maduro”)
ya denuncié el bochornoso espectáculo que ofreció la "Mesa de edad"
en el Parlamento andaluz, especialmente su presidente, Luis Pizarro (PSOE), provocando dos "muertes": por un lado, la de la democracia, que estaba enferma
terminal hasta el día anterior; por otro lado, el del imperio de la ley, la del Estado de
Derecho, que estaba aún peor. Asimismo indicaba que el hecho de que un diputado
adoptase arbitrariamente una decisión, es decir, por capricho, en contra de lo
decidido por la Cámara, sustituyendo su voluntad, era
extremadamente grave.
Esta denuncia fue el preludio de lo que algunos entonces previmos
que iba a ocurrir con la Cámara andaluza. No hay sorpresas, ni siquiera que el grupo parlamentario de
Ciudadanos esté demostrando su cinismo: nada tiene que ver lo que defienden sobre
la regeneración democrática con lo que hacen, dedicándose exclusivamente a
actuar buscando el rédito electoral, tal como ha hecho y hace el PSOE para
mantenerse en el poder.
La vergonzosa teatralización de los diputados de ambos
partidos, Ciudadanos y PSOE, en el lúgubre escenario del Parlamento andaluz, durante
la tramitación del Proyecto de Ley de Presupuestos para 2016 de la Comunidad
andaluza, está batiendo record de acciones “totalitarias”, propias de una
república bananera. A estas alturas, Venezuela es un paraíso en comparación con
Andalucía.
El Reglamento de la Cámara dice lo que dice, aunque el
Presidente se empeñe en cambiarlo interpretando el papel de Hitler, como en la
genial película de Ernst Lubitsch “Ser o no ser”, o de Chaplin en “El gran
dictador”. Uno ya no sabe si tomárselo en plan cómico, o compungirse ante la
tragedia representada en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede del
Parlamento.
Es obvio que el rechazo de una sección del Presupuesto por
la mayoría de los diputados de la Cámara implica el rechazo a la totalidad del
Presupuesto. Lo dice bien claro el Reglamento de la misma (artículos 130.1 y
130.5). ¿Qué ha sido un error en la votación por parte de diputados de
Ciudadanos? Yo también me he equivocado al votar en muchas elecciones generales,
autonómicas y locales, y a mí no me han dejado cambiar mi papeleta, y mucho
menos cambiar los partidos elegidos. La ley es la ley, y por mucho que no nos
guste, hay que aplicarla. ¿Qué es una mala o injusta ley? Pues que se castigue
a los que la aprobaron, por no hacerlo bien.
En el Estado de Derecho, cambiar una y otra vez las reglas
del juego cuando la partida ha comenzado nos lleva a la destrucción, porque
nadie se tomará en serio el juego. Y esto es lo que está ocurriendo en uno de
los pilares de nuestro sistema que atrevidamente denominamos “democrático y de
derecho”, nada más y nada menos que en una Cámara de representantes. La
corrupción política en Andalucía está alcanzando cotas de compleja
reversibilidad ante la inseguridad
jurídica que se ha creado.
¿Por qué no se ha de aceptar que se ha rechazado el Presupuesto?
¿Quién defiende que es mejor saltarse las normas porque ese Proyecto de Ley
viene a “solucionar la vida de los andaluces”? ¿No será al revés?
Informa Carmen Torres en el diario El Mundo que “el portavoz
del PSOE-A en la Comisión de Hacienda y Administración Pública, Jesús María
Ruiz, defendió que los Presupuestos de la Junta para 2016 son fruto de un
diálogo «responsable, inteligente y generoso» con Ciudadanos que antepone los
intereses de los ciudadanos al de los partidos, y también son las cuentas que
necesita Andalucía y los andaluces”. ¿Y esto es un motivo para saltarse la ley,
la opinión de unos diputados? Les
aseguro que, en comparación con el Presupuesto propuesto por el Gobierno del
PSOE con el acuerdo de Ciudadanos, yo mismo podría elaborar un Presupuesto mucho más
justo y solidario, y por supuesto, despojado de intereses partidistas.
Si los diputados andaluces de estos dos partidos no cambian
su postura, dejarán entrever sus actitudes totalitarias y corruptas. ¡Pobres de
aquellos que habían puesto sus esperanzas en el partido naranja, que venía a
regenerar las instituciones públicas! Éste, desde luego, no es el camino.
El tiempo acabará dándome la razón: Ciudadanos no tiene
proyecto político salvo el de ganar votos vendiendo lo que haga falta. ¿Qué el
PSOE, el PP, IU o Podemos son la solución? No, no, tampoco. Ya lo dije en mi
artículo “Bandidos
y estúpidos en los partidos”, e insisto en ello: ningún partido político se
toma en serio la situación que estamos sufriendo en España y especialmente en
Andalucía.
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