Artículo de Sergio Calle Llorens
Lo reconozco: me
gusta Rajoy y mucho, pero no por las razones que algunos están pensando
sino porque es un tipo que siempre desconcierta. Yo siempre imagino su
personalidad como la de esos pueblecitos crepusculares envueltos en un desmayo
de luz, es decir gris. Y es que en Galicia
la lluvia es un arte pero su luz nos aparece constantemente acompañada de una
niebla malva que impresiona. En ese
momento sale Mariano convencido que es la hora perfecta de dar una vuelta
aunque yo me incline por beber un vino junto a la lumbre. Lo que pasa es que el
Presidente es gallego, muy gallego, y con esta gente nunca se sabe.
Lo que más me gusta de Rajoy es que hace lo que nadie
imagina. En la consulta catalana en la que participaron
Bob Esponja y Elvis Presley, todos pedían al jefe del ejecutivo más
contundencia pero no movió una ceja. En las elecciones catalanas no abrió la
boca hasta el día siguiente de conocer los resultados. Con esos gestos tan
suyos vino a decir que diálogo sí pero no para finiquitar la nación española. Especialmente sabiendo que el número de
partidarios de España es mayor que la de sus odiadores. Como no podía ser de
otra manera, la izquierda y parte de la derecha lo crucificaron por
inmovilista. En cambio, escuchar al paupérrimo Jordi Évole pidiendo completamente indignado una nueva consulta o,
al mismísimo Iñaki Gabilondo -¿habrá
encontrado ya a los terroristas suicidas en los trenes de Atocha?- pedir un
cambio de gobierno para poder arreglar el tema catalán, hacen que mis simpatías
por Rajoy aumenten. Lo siento, no lo puedo evitar. De todas formas, a los mismos que critican al
PP por “echar leña al fuego” en el
tema catalán, les parece mal que adopte un perfil bajo en la cuestión catalana.
Total, Rajoy es un hombre muy malo que no debe acertar nunca.
Sospecho de que el presidente disfruta escuchando a esta
gente perdiendo los papeles mientras lo acusan de no moverse de su posición
inicial. A éstos, habría que preguntarse si Mas y la muchachada independentista se han movido del suyo. Por
otra parte, recelo de aquellos que piden insistentemente una España Federal que llevaría a unos cuantos a tener más
privilegios. Por otra parte, mis conciudadanos siempre suelen equivocarse y a
mí no me gusta ir con la opinión mayoritaria.
De poder elegir un personaje público para ir de cañas, yo
pediría a Rajoy. Ese hombre que, a
tenor de los acontecimientos, parece un gato que ha vivido 6 o 7 vidas. No
descarten que vuelva a ganar las elecciones el próximo 20 de diciembre. Mas se
lo ha puesto a huevos. Intentaría conversar con él de política pero, me temo,
al final la cosa degeneraría en temas deportivos e históricos. Puede que
incluso me atreviera a preguntarle por su secreto para llegar al poder no
teniendo ningún tipo de carisma. El actual inquilino de la Moncloa es una caja de sorpresas pero, esto es lo mejor, un
hombre del que, si nos atenemos a sus críticos, nunca hace nada a gusto de la
izquierda española. Nada más que por eso merece todo mi agradecimiento.
Daría yo algo pues por caminar a su lado por esos caminos
del norte. La vista al frente y esa luz gallega entre violeta y desmayada que nos
acompañaría. Sí, en ese paseo le daría las gracias al Presidente por no haber
entrado al trapo en la gimkana catalana porque, una cosa es iniciar una
revolución cuando uno se muere de hambre y otra, bien distinta, pensar que tras
asistir al espectáculo del Liceu,
los catalanes van a renunciar a vendernos el cava.
Háganme caso: Rajoy -al
que nunca he votado- no es tan malo como lo pintan. Y si no les convenzo,
piensen que si la Sexta nos
recomienda botarlo como Presidente, es razón suficiente para hacer justamente
lo contrario. En cualquier caso, Mariano
sé fuerte.
Pienso que el PP obtendría mejor resultado electoral con otro candidato, vease Soraya (la vicepresidenta no la cantante). No obstante no creo que Rajoy renuncie a ser candidato ni que sus propio círculo de confianza se lo haga ver.Rajoy se me parece a ciertos personajes de las novelas de Graham Greene, impasible, pusilánime, introvertido y con difucultad para mirar a los ojos fijamente
ResponderEliminarMe he pasado toda mi vida buscando un partido político con el que identificarme y hoy, ya es definitivo, puedo asegurarle que eso jamás ocurrirá. El PP es un partido lleno de sombras que habla de renovación y nos coloca a Celia Villalobos como candidata por Málaga. IU vive en 1931. Podemos en una dictadura venezolana. El PSOE es la secta del capullo que no ha dejado a un solo colectivo sin estafar.. Ciudadanos una marca de colonia que huele bien mientras no se acerque al sur. Vox el nacionalcatolicismo y yo, obviamente, busco un partido liberal que ni existe, ni existirá.
EliminarEn cuanto a Rajoy, estoy convencido de que lo va a votar más gente de la que dice y es menos malo de lo que apuntan. Eso sí, yo me lo he pedido de compañero de cañas porque en la Moncloa, qué quiere que lo diga, no lo veo. Soraya tampoco me gusta pero le seré franco; yo no veo a mejor candidato que a mi mismo. Mi primera medida como presidente sería, lo juro, suprimir la autonomía andaluza.
Saludos