lunes, 9 de noviembre de 2015

Imputado


Artículo de Sergio Calle Llorens


Llevo más de un lustro escribiendo sobre la corrupción en la taifa del sur. Un ejercicio difícil con el que me he ganado muchos enemigos que ansían mi cuello. Como hoy lo de los duelos a espada ya no se estila, los aludidos suelen terminar por tomar otro tipo de medidas que van desde las amenazas de muerte, hasta la contratación de detectives para que a través de éstos pudieran conocer mis fuentes.
Curiosamente que aparezcan fotos de mis allegados con la leyenda “Se Busca” no es constitutivo de delito.Tampoco que un servidor reciba en su correo el siguiente mensaje: “Como no dejes de escribir lo último que veas será el cañón de la pistola”. Y es que, según los simpáticos agentes que me atendieron, para que sea considerada una amenaza se necesita, pártanse de la risa, que el emisor de ese mensaje concrete su identidad y el lugar donde va a cometer el ataque. Empero, la justicia sí tiene a bien admitir todo tipo de denuncias -¡qué manía con denunciarme!- contra mi persona pero, no por publicar nada falso, que nunca lo hago, sino por mis poesías satíricas. En una de ellas, el demandante ponía el  grito en el cielo por haber mencionado a su recién nacido. En verdad, yo destacaba, con mucha gracia por cierto, que la criatura siendo socialista iba a terminar colocado en algún puesto de la administración paralela de la Junta de Andalucía. Algo no solamente posible sino muy probable pero, ya les digo, tendré que declarar ante un juez por el soneto.

Antes de marcharme, mi deliciosa vecina me regalaba una tarta de chocolate que acompañaba con un mensaje en el que decía que compartiendo mis ideas -ignoro a que ideas podía referirse- tenía a bien mandarme un presente en solidaridad por mi enésima imputación. Degustando el brebaje imaginaba a esos gerifaltes de la Junta junto al fuego en la invernada y, mientras contemplan la llama meditan cómo engañar a los periodistas, lo cual suele ser fácil, dada la tendencia natural de éstos a mirar solo aquello que sucede en otras comunidades donde no gobiernan los socialistas.

¡Sembrar! La actividad conlleva una gran dignidad. Lo que pasa es que yo solo he sembrado vientos y ahora recojo tempestades. Las viñas que yo trabajé suelen estar, como ocurre casi siempre en mi región, acostadas junto al mar con esa falda de matices tan dulces.  Viñas que fueron durante generaciones tanto una obsesión como un encanto.  Siempre buscando la excelencia a través de la fórmula familiar del trabajo en los que se trata de obtener unos pobres litros de vinos. Empero, estos caldos no son valorados en su justa medida ni por seguidores, ni por detractores. En cualquier caso, el milagro de trasmutar mis viñas en líquido elemento con el que golpear al enemigo tiene su miga. Si ustedes me hubieran visto caminando para mantener la vida en esas laderas junto a la mar. Escuchando sus bramidos. Observando cómo los espumarajos se hacen más débiles. Disfrutando de esos atardeceres en los que el golfo se llena de luceritos bajo un manto escarlata. Entonces tal vez hubieran entendido lo que me empuja a escribir con las entrañas. Incluso podrían haber comprendido el hecho, porque es un hecho irrefutable, de que una gran parte de aquellos que se llamen periodistas tengan como compañeros de cama a esos políticos que tanto han robado en las desgraciadas tierras del sur. Unos pobres diablos -aún regados por distinciones del gremio- de los que podemos afirmar que la postura que más han practicado en el sexo es de rodillas y pidiendo por favor. Imputado sí, y a mucha honra.



http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Luis%20Escribano

9 comentarios:

  1. Ánimo Sergio, contigo para lo que haga falta

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    1. Muchas gracias amigo pues eres la única persona que me ha mostrado solidaridad. La verdad es que a estas alturas no espero mucho de nadie pero, me ha tomado por sorpresa tal ausencia de empatía de los que suponen que deberían apoyarme. Días duros en los que he constatado la inmensa soledad que provoca luchar contra la Junta de Andalucía. En fin, un completo desastre. Un abrazo

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  3. No estás solo, todos los que no tenemos tragaderas para tanto gañán y aún sostenemos el derecho a mantener como principios vitales la honradez y la nobleza, sufrimos el constante yugo de este régimen zafio que parece eterno, este universo de cuñados bajo el que nos asfixian entre latrocinio y amenazas. Malos tiempos para la gente buena. Pero al menos este maravilloso grupo de rebeldes estamos aquí presentes. No sólo cuentas con mi apoyo sino con mi más absoluta admiración. Siempre.

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  4. Los vientos que siembra Sergio reciben de mi reconocimiento. Quien no defiende la libertad acaba defendiendo la vida. No estamos solos. Piocerredo.

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    1. En cualquier caso, muchas gracias a todos. De todas formas, quiero hacer mías las palabras que hace decir John Wayne a su personaje en "Centauros del Desierto"; "No creo en las rendiciones".

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