Artículo de Rafa González
- Una entrevista
a sí mismo? Parece que se cree muy importante. No tiene abuela que le
entreviste?
Algo
de egolatría puede que haya. Pero el objetivo de esta autoentrevista es otro.
Estamos viviendo ahora mismo unos tiempos extremadamente complejos, y pensé que
el método de la entrevista sería el más eficiente para expresarme esta vez. La
entrevista te da más fondo para expresarte, puedes explicar o razonar cosas que
en un ensayo serían más difícil de relatar. Quién sabe, puede que esté
inventando un nuevo género sin darme cuenta.
-Por qué son
tiempos tan complejos? No hemos dicho eso siempre?
Sí,
es verdad. Cualquier mirada a la literatura, al periodismo del pasado nos
permite ver que los pensadores ya tenían miedo en el pasado ante la complejidad
de los cambios, ante la incertidumbre, porque no olvidemos que el cambio es
inevitable, la sociedad está en permanente evolución. La gran diferencia con la
actualidad es la sobreabundancia de la información y la frialdad con que
tratamos con ella, pese a lo sensible que pueda ser. En el pasado, con tasas de
analfabetismo altas, la manipulación y la guerra eran fáciles porque se podía
manejar a la gente muy fácilmente, sin resistencia. Pero hoy, donde impera la
falsa doctrina de que el analfabetismo no existe (solo porque todos saben leer
o escribir), la información es una herramienta mucho más poderosa, porque se
sigue manipulando mucho. Y con resistencia. Si hoy discutes con un analfabeto,
es decir, una persona que sabe leer o escribir pero que nunca se ha cuestionado
a sí mismo, que nunca ha cuestionado el mundo que le viene dado, los eslóganes,
las modas, etc., ves con horror que opone resistencia! Y su armadura de acero
hoy es Twitter: basta con que él tenga 12.000 seguidores más que tú, da igual
los países que tú hayas visitado, da igual las lenguas que hables, da igual que
tengas amigos repartidos en 500 ciudades más que los suyos, no importa dónde
hayas trabajado o las experiencias que hayas vivido, no se lo puedes contar en
140 caracteres y sus argumentos valen más porque se ve rodeado de más gente.
Con derecho a voto, por cierto.
-Cuál es ese
mundo que viene dado, esos eslóganes, esas modas de las que habla?
Últimamente
me obsesiona la palabra revolución. Todas las revoluciones del pasado han
implicado a las masas, y es por eso mismo que la auténtica revolución de hoy en
día debería cortar, cuestionar, a esas masas. En el siglo XXI, la revolución
debería dirigirse contra ello que es aceptado por todos, es decir, esos
eslóganes, esas modas, ese mundo nuestro intocable. Lo que los ingleses llaman
lo taken for granted. Y, al contrario de lo que piensa la mayoría de la
gente, el capitalismo no es aceptado por la población, en eso estoy con Juan
Ramón Rallo. Así que uno no puede emprender una revolución contra aquello que
odia, en todo caso se implicará en mejorarlo, como llevamos haciendo desde que
el hombre vendió su primera rueda por una oveja. Voy a poner un ejemplo. Si
usted hoy está en un bar con amigos y dice 'hay que eliminar el capitalismo',
nadie va a rasgarse las vestiduras, porque lo han oído miles de veces, y muchos
incluso compartirán su visión. Pero si dice 'hay que eliminar las comunidades
autónomas', es posible que provoque risas, e incluso malestar en la gente, que
en España sigue siendo muy regionalista. Es decir, le parecerá cachondo, pero
es así. Si el anarquista Bakunin resucitara hoy en España y oyera que es más
fácil acabar con el capitalismo que con 17 administraciones regionales, se
descojonaría vivo. Resumiendo: que yo sí soy un revolucionario, y no el que
lleva camisetas del che Guevara y la pulserita republicana en Isla Mágica.
-Cómo se puede
cambiar esa mentalidad?
No
se puede. Es posible hacerlo poco a poco. Uno no puede hacer salmón al horno en
un minuto, tarda lo suyo. Pero hay esperanza. Me gusta cuando Luis Escribano
nos comenta a los colaboradores de El Demócrata Liberal que lo de Andalucía es
una carrera de fondo. Tiene razón. Hoy estamos lejos de ese rodillo del PSOE de
los años 80 y 90 cuando era una verdadera revolución decir que Andalucía tenía
que ser gobernada por otra gente más capaz. Hoy ya no es una revolución
decirlo, porque hay una necesidad que es prácticamente higiénica, y por cierto,
es algo que lamento. Porque tengo la sensación de que, si Andalucía es
gobernada por otro partido que no sea el PSOE, y aparentemente pasará tarde o
temprano porque ya se apaga la vela socialista, los andaluces no veremos un
cambio real. Así es el PP de Rajoy: esperar sentado bajo el árbol a que la
naranja se pudra y caiga por sí sola. Para qué alegrarse, si ya no nos la
podemos comer?
-La naranja está
podrida en todo Occidente?
Mire,
a mí no me gusta criticar a una civilización en general. Occidente sigue siendo
el paraíso terrenal para muchos refugiados e inmigrantes, así que tan mal no
podemos estar. Yo prefiero criticar a personas concretas, especialmente a las
que me he referido más arriba. No me gusta la gente que quiere tener los
sueldos de los suizos pero critica su sistema fiscal, no me gusta la gente que
quiere tener el empleo de Alemania sin afrontar una reforma laboral, no me
gusta la gente que quiere seguridad en su país sin atacar y bombardear a los
terroristas, no me gusta, en general, la gente que viaja en metro y se salta el
torno para no pagar (aún teniendo dinero para el I-Phone). Me jode muchísimo la
gente cuyo patrón de vida se resume en ''quiero un garaje subterráneo en mi
casa, pero no veas los fascistas el agujero que están cavando en mi jardín!''.
-La mentalidad
del 'not in my backyard' de los americanos, no?
Exactamente.
Es que los atentados de París no solo han reventado vidas humanas, también han
reventado y esparcido por todos lados mucho de lo peor que los europeos
escondemos. Ya le he hablado de la cobardía. Los españoles hemos podido ver,
una vez más, la diferencia abismal que hay entre la izquierda francesa y la
española. Una jacobina, la otra jacobea: que vuelve a colocar a un gilipollas
como secretario general cada 10 años. Las palabras de Hollande, 'Francia está
en guerra', son inimaginables en un líder del PSOE, que habría dicho algo
parecido a 'España se encuentra en un conflicto para el que debemos arrimar el
hombro, con talante, con cintura, y con el arma de la esperanza y la ilusión'.
Esa diferencia, claro, luego se ve en otras políticas, como por ejemplo que en
Francia los socialistas se empeñen en favorecer la igualdad de verdad
unificando regiones y en España sigamos dando más poder a las castas
autonómicas. Pero luego están también los oportunistas. Este pasado miércoles
por la mañana entrevistaron a un tipo en la televisión alemana, un escritor que
se está haciendo rico con un libro autobiográfico sobre sus vivencias dentro
del ISIS. Jürgen Todenhöfer, y créame que me molesta mucho hacerle publicidad,
ha sacado el libro Inside IS - 10 Tage im Islamischen Staat (10 días
dentro del Estado islámico). Habría que investigar a este tipo, bien por
impostor (unas vacaciones en el Líbano y luego se inventa el argumento), bien
por cómplice de terroristas, porque usted y yo sabemos que nadie sobrevive 10
días conviviendo con el Estado Islámico. Quizá con la suegra, pero algunos ni
eso.
-Vamos, que la
cosa no tiene solución?
Lamentablemente veo una disolución -de lo que sea- siempre más cercana
que la solución. Soy un pesimista redomado.
Comparto gran parte de tu opinión. El analfabetismo funcional pasea orgulloso por las calles y monopoliza el show televisivo. Personas inteligentes, con capacidad de reflexión, no la practican demasiadas veces y es que, como digo con abusiva frecuencia, vivimos en la era de la información, no de la sabiduría. Enhorabuena, original entrevista.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Aitor! Algunos me han animado a seguir con este tipo de autoentrevistas. Aunque uno no sea muy importante, jeje. Pásate más por aquí y déjanos tus opiniones.
EliminarMuy entretenido, escribe mas :D
ResponderEliminarMuchas gracias! Así lo haré. Un saludo.
Eliminar