Artículo de Luis Escribano
- No he visto tanto desgobierno desde que ingresé en 1990 en la Junta de Andalucía.
- Gobernar es actuar, estar en primera fila, dejarse entrevistar por periodistas “incómodos”, y no esconderse detrás de “escuderos” del partido.
- El problema radica en el hecho de que demasiados ciudadanos andaluces viven de la corrupción que alienta el PSOE andaluz de Susana Díaz.
No hay nada más
obsceno que escuchar a estas alturas que Susana Díaz es una política con “visión
de Estado”. Esto me lleva a pensar que no sólo hay personas cortas de miras, sino
que la imbecilidad ha alcanzado cotas jamás imaginadas. Andalucía es hoy el más
claro ejemplo de lo que no debe ser una región, y se ha conseguido gracias
especialmente a las acciones y omisiones de los socialistas del PSOE andaluz y
de sus allegados y estómagos agradecidos, sin olvidar el nulo esfuerzo de los
grupos políticos que han pasado por la oposición.
Si alguien cree
que Susana Díaz cambiará el panorama, su fanatismo lo llevará a su perdición.
Una descendiente de la mediocridad política que inunda el PSOE andaluz, criada
bajo el amparo de políticos que han logrado colocar a Andalucía en la primera
Comunidad con más casos de corrupción económica y política, con más desempleo,
con más fracaso escolar, con los impuestos más altos, etc., no puede ofrecer
más que eso: ruina.
Un servidor desempeña su trabajo en la
Junta de Andalucía en un puesto de responsabilidad (cooperación económica con
las corporaciones locales), y les puedo asegurar que no he visto tanto
desgobierno desde que ingresé en 1990 en la Junta de Andalucía. No hay
proyecto, no hay objetivos, no hay coordinación, no se evalúa adecuadamente lo
poco que se hace, el personal –salvo los allegados y agradecidos- está
absolutamente desmoralizado. La Administración andaluza se está limitando hoy a
achicar las enormes cantidades de agua que inunda el barco, aunque algunos
siguen en sus camarotes con el agua por los tobillos sin enterarse de nada o
porque creen neciamente que nunca se hundirá.
No hay ilusión
por nada en la Junta de Andalucía. El partido socialista limita su interés a mantener y conservar en cargos públicos a todo aquél que pueda hacerle aportaciones
económicas con sus sueldos públicos. No encuentran candidatos que quieran
ocupar cargos en Centros directivos relacionados con algún caso de corrupción,
para evitar que les salpique la misma. Cada vez menos funcionarios quieren
firmar documentos comprometidos por lo que ocultan detrás, y se opta por
contratar interinos (sin experiencia) o encomendar ilegalmente funciones a
laborales de la administración paralela para presionarles con el cese si no
firman esos documentos. Hay “mafias” dentro de la Administración andaluza -y no
lo digo yo solo- que imposibilitan la limpieza e higiene de nuestras instituciones.
Y esto no se
limita a la Junta de Andalucía: en nuestros Ayuntamientos y Diputaciones, la
situación es similar o peor. El nepotismo existente en estas administraciones
locales es colosal, y las situaciones de tensión, o incluso de acoso o
“mobbing” de alcaldes y concejales con los funcionarios municipales son muy numerosas.
Pero todo esto
no ocurriría si la sociedad andaluza estuviera adecuadamente formada y se
preocupara un mínimo por darle la vuelta a la situación. En vez de eso, admite
el nepotismo como un mal menor, entre otros disparates. “Tú que tienes mano en la Junta, a ver si encuentras algún puestecito
para mi hijo, mi sobrina o mi cuñado”, es la frase típica que dirigen
muchos andaluces a los que ocupan cargos públicos -políticos y funcionarios-, sin
que les repugne siquiera plantearla, un indicador más de hasta donde llega la
corrupción en esta tierra. Y en los Ayuntamientos y Diputaciones, ni les
cuento.
No hay semana
que no aparezca un nuevo caso de corrupción que salpique a las Administraciones
públicas andaluzas y parte de la sociedad (ciudadanos, empresas,
instituciones…). Desde que iniciamos el diario de El Demócrata Liberal allá por
el mes de enero, hemos publicado numerosos artículos sobre casos de corrupción
en Andalucía, algunos más conocidos que otros, y varias denuncias en exclusiva.
Por ponerles varios ejemplos, recuerdo entre mis artículos los siguientes:
- Caso ERE, al
que dediqué dos artículos (La tuerca) con una visión diferente, con argumentos
muy consistentes, en los que hablaba incluso de inconstitucionalidad de las
ayudas, y de la devolución de las ayudas por parte de todas las empresas.
- Caso de la
Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (antigua EPSA), mostrando las
ilegalidades que comete la Junta con las encomiendas de gestión que hace a esta
Agencia.
- Caso de la
Agencia IDEA y los incentivos que otorga vulnerando la legalidad vigente.
- Subvenciones que
ha concedido “a dedo” la Junta a través de la Agencia Andaluza de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, también ilegalmente.
- Pagos que
hacen cargos públicos de la Junta al PSOE andaluz en sobres, que salen de las
nóminas que pagamos con nuestros impuestos y que nutren al partido para
conservar el Régimen socialista andaluz.
- Inconstitucionalidad
de la decisión tomada por un insigne miembro del mismo partido socialista
andaluz, Luis Pizarro, en la formación de la Mesa del Parlamento de Andalucía
tras las elecciones autonómicas.
- La historia
jamás contada sobre Aznalcóllar, relatando las ilegalidades cometidas por la
Junta antes de que se rompiera la balsa de lodos con residuos tóxicos.
- Contratos
verbales “a dedo” realizados por la Junta al margen de la Ley, que incluye a
Consejerías y Agencias.
- Formación profesional
para el empleo, con casos concretos de ilegalidades.
- Caso “Madeja”,
con sobornos y dádivas, que afecta tanto al Ayuntamiento de Sevilla como a la
Junta de Andalucía, además de a otras Administraciones.
- La falta de
independencia de la Justicia, y el nepotismo existente en los órganos judiciales.
Así tenemos el caso del cónyuge de la Magistrada Núñez Bolaños, que ocupa el
Juzgado que instruye el caso ERE, o el del actual Presidente del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía, con declaraciones parciales y el alquiler de
su vivienda.
- Los fondos
Jeremie y los 14 fondos reembolsables de la Junta, donde el dinero vuela sin
que se huela, y la UE sin enterarse de nada.
- La semana
pasada, en exclusiva, la presunta prevaricación cometida por el que fue
director del Instituto Andaluz de la Juventud de la Junta.
Y siendo
diferentes estos y el resto de casos, ¿qué comparten todos ellos, qué los
relaciona? Primero, sus autores (políticos,
empleados públicos, empresas y ciudadanos); segundo, el sistema, que permite a nuestros representantes tomar decisiones
impunemente por antojo o capricho sin el adecuado control; y tercero, una sociedad que ampara la corrupción por
omisión, porque casi nada hace para acabar con ella. La libertad se gana
luchando cada día con responsabilidad, no introduciendo una papeleta en una urna cada cuatro años.
Acciones de Susana Díaz contra la
corrupción.
¿Ha ocurrido
algo positivo desde entonces? ¿Han actuado la Fiscalía, los partidos políticos
de la oposición, la Intervención General de la Junta de Andalucía, o Susana
Díaz, la que iba a luchar implacablemente contra la corrupción, una mentira más
de tantas que nos cuenta todos los días por si cuela? No, todo lo contrario. El
PSOE andaluz, con Susana Díaz a la cabeza, tan sólo ha dejado pasar el tiempo,
mareando los papeles, a ver si prescriben los presuntos delitos o si los
ciudadanos se olvidan de tantos y tantos casos de corrupción. Y como observo
que ningún político de la oposición o algún periodista preguntan a Susana Díaz
sobre ello, lo haré yo:
1) ¿Cuántas
instrucciones escritas ha enviado como Presidenta de la Junta a las Consejerías
para adoptar medidas concretas para acabar con la corrupción?
2) ¿Cuántos
escritos ha enviado a la Intervención General de la Junta de Andalucía y a la
Inspección General de Servicios, ambas de la Consejería de Hacienda y
Administración Pública, con instrucciones concretas para acabar con la
corrupción?
3) ¿En cuántas
actas del Consejo de Gobierno, y de qué fechas, figuran las medidas concretas
ordenadas por Susana Díaz como Presidenta para acabar con la corrupción?
4) ¿Cuándo y
cómo ha ordenado Susana Díaz que la Inspección General de Servicios introduzca
en los Planes anuales de inspección medidas concretas para acabar con la
corrupción?
5) ¿Qué medidas específicas
ha ordenado Susana Díaz al Gabinete Jurídico de la Junta de Andalucía y a la
Intervención General para que todos los letrados e interventores pongan en
conocimiento inmediato de la Presidencia cualquier dato que puedan detectar
sobre presuntas corrupciones, sin mediación de sus jefes –Viceconsejeros o
Consejeros-?
6) ¿Cuántas
iniciativas normativas ha presentado Susana Díaz en los Consejos de Gobierno
para luchar contra la corrupción? Sin contar con la Ley de Transparencia, un
parche sin efectividad alguna, como puede comprobarse con lo denunciado en mi
artículo anterior.
7) ¿Etcétera,
etcétera, etcétera?
Gobernar es
actuar, estar en primera fila, dejarse entrevistar por periodistas “incómodos”,
y no esconderse detrás de “escuderos” como hace Susana Díaz, a los que lanza a
la arena del circo para recibir todos los golpes y ella salir indemne. Como ejemplo,
aquí les dejo con la contestación de su fiel “escudero”, Miguel Ángel Vázquez,
a un tuit de la diputada Teresa Rodríguez:
¿Quién osa proponer a Susana Díaz como sustituta de Pedro Sánchez “el Destructor”, como lo ha denominado en estas páginas Eduardo Maestre? Que Sánchez no sea precisamente el candidato ideal del PSOE -¿habrá alguno?- no justifica que cualquier político sin talla suficiente pueda ser postulado para el cargo. Sólo puede apoyar a Susana Díaz un ciudadano-suicida que no ama su país y ambiciona la corrupción, por si “pilla algo” (palabras de un responsable de Ciudadanos de Málaga, en un lapsus que tuvo con nuestra compañera Cornelia en Twitter).
Y visto todo lo
que hemos denunciado en estas páginas, ¿no les extraña siquiera que nadie nos
haya denunciado por falsedad? Nadie lo ha hecho, lo cual da mucha veracidad a
todo lo denunciado. Y si todas estas denuncias no constituyen un motivo suficiente
para echar del poder al PSOE andaluz, ¿qué más necesitan los ciudadanos
andaluces?
La respuesta no
pasa solamente por denunciar más corrupción, lo cual es necesario. El problema radica
en el hecho de que demasiados ciudadanos andaluces viven de la corrupción del
PSOE andaluz que Susana Díaz permite y alienta. Esta es la clave, y si el partido
de Juan Marín –Ciudadanos- lo apoya, es porque también participa en el mismo
juego.
Como experto en la
lucha contra la corrupción, sólo puedo decirles que si no eliminamos las causas
de este grave problema que corroe la sociedad día a día, acabaremos todos siendo
víctimas de su perversión, incluidos los corruptos. Es sólo cuestión de tiempo.
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