El secreto Vaticano

Artículo de Sergio Calle Llorens

Vaticano viene de vaticas, una planta alucinógena que se encontraba en unas colinas donde los etruscos enterraban a sus muertos. Dicen que cada cien años la Santa Sede revela secretos.  A veces se adelanta por su propio interés, como en el caso de Pio XII por su supuesta connivencia con los nazis.  Lo que ya no es un secreto es la responsabilidad de ese Papa en la “operación  Pasillo Vaticano” que puso a salvo a miles de nacionalsocialistas que hicieron posible el holocausto. Tampoco representa ningún arcano que el celibato es el gran cáncer que corroe a la iglesia católica. Recordemos que en las otras religiones cristianas donde los sacerdotes se pueden casar no existen casos de pederastia.

 

Un santo Padre llegó a decir en cierta ocasión; “Nunca se quede sola una dama con un sacerdote en Roma”. San Pedro, en cambio, sí estuvo casado y nuestro Borgia se esposó con toda la que pudo. Podríamos concluir que el Espíritu Santo ha andado bastante despistadillo a la hora de elegir jefe. Incluso Juan XXIII, más conocido como el Papa bueno, firmó un documento en 1963 con categoría de norma pontificia que obligaba a esconder los casos de abusos sexuales en el seno de la iglesia católica. Una norma de la que se valió Ratzinger para encubrir  famosísimos casos de pederastia cuando era prefecto de la Congregación de la Fe. Incluso una juez norteamericana dictó una orden de detención al Papa alemán que debía de producirse en cuanto  pisara suelo norteamericano. Solo la intervención de la Secretaria de Estado Condoleeza Rice evitó que el mundo viera al Santo Padre esposado.

Sin embargo no fueron los escándalos sexuales lo que obligaron a renunciar a Ratzinger sino los económicos. En este caso, fue otra Secretaria de Estado norteamericana, la que advirtió al Papa de que la Banca Vaticana estaba sirviendo para lavar el dinero de la mafia rusa e italiana. La manera, como muy bien cuenta en su libro “Cuervos del Vaticano” Eric Frattini, era muy simple: se entregaba un millón de euros a un sacerdote que lo ingresaba en una cuenta del bancara tras pagar una comisión a la propia banca y otra a una Fundación de la Iglesia Católica. El resto quedaba limpio para los blanqueadores. Uno de los titulares era Mateo Messina Denaro, jefe de la Cosa Nostra que poseía, nada más y nada menos, de 6 cuentas. Otros 21 depósitos bancarios correspondían a rusos buscados por la Interpol. Desde entonces han pasado tres nuevos directores por Banca Vaticana y, no todo parece tan limpio como debiera.

 
La llegada del nuevo Papa ha supuesto, según todos los expertos en la materia, una bocanada de aire fresco. Su sola presencia ha despertado una gran ilusión con sus comentarios a favor de los homosexuales y otros colectivos marginados. Empero, si analizamos los hechos concretos, parece que no se han producido grandes cambios en el Vaticano. El Obispo de Cristo en la tierra habla mucho, como buen argentino, para decir absolutamente nada. Es, por decirlo de una forma amable, un Papa efectista pero poco efectivo. Por eso se le ve cómodo comprando gafas en una óptica romana y, por eso mismo, se le nota incómodo en presencia de dictadores como Raúl Castro al que no afeó en ningún momento  el asunto de los presos políticos en Cuba. Para defenderse de las críticas el Papa Paco ha afirmado que las reuniones con la oposición no estaban programadas. Incluso dejó dicho que él no se había enterado de las detenciones de los disidentes cubanos hasta después de abandonar la isla. En verdad, Bergoglio nos puede a tomar a todos por pecadores pero nunca por idiotas porque, ojo al dato, sabemos que el Vaticano dispone del mejor servicio de información del mundo. Al final queda claro que el único secreto que ha permitido la supervivencia de la iglesia católica es no reaccionar- solo lo hace cuando amenaza sus estructuras- ante ningún escándalo ajeno.  ¡Que siga la farsa!