Artículo de Sergio Calle Llorens
Canal sur nació para mejorar el nivel cultural de los
andaluces por lo que al haber fracasado en su intento, solo le queda un camino: su cierre inmediato. No se trata solo
de que el ente público sea tan plural porque admite tanto opiniones a favor de
los socialistas como en contra de la oposición, sino que nos sale por un riñón.
El problema, tal y como yo lo vislumbro, es que cuando sucede un naufragio el personal
de forma estúpida le suele echar la culpa a las olas pasando por alto al
timonel. Empero, en Andalucía los responsables del atraso educativo y cultural
tienen nombres y apellidos. La mayoría trabaja- lo de trabajar es un eufemismo
desmesurado- en el gobierno de la Junta
o en RTVA.
Todos somos un poco políticos pero no todos son tan
sectarios como Canal Sur. Todos
pretendemos ser el libro de instrucciones pero solo la RTVA es el libro del Apocalipsis. Seamos claros: la tele
andaluza prefiere sentirse culpable por un fracaso madrileño que verse en el
apuro de dar explicaciones por un éxito malagueño que es un partido ajeno al
suyo. Seamos directos: los turiferarios de la caja tonta -no hay mejor
calificativo- son los únicos capaces de escribir una línea peor que la
borrada. Nuestra tele fue la única que
aplaudió en su momento cuando se supo que Susana
Díaz adelantaba el período electoral por la ausencia de su período
vaginal.
Canal Sur es la continuación del Nodo franquista. Un espacio
en el que se sigue apuntalando la imagen del andaluza lerdo que vive feliz a
pesar de sus limitaciones mentales y culturales. La única novedad del ente
público en lo relacionado con la imagen del sureño medio es que, gracias a Juan Imedio, sabemos que las andaluzas
de más de sesenta castañas tienen una plancha caliente en la entrepierna. Lo
que no queda muy claro si dar a conocer esa realidad se cuenta entre las
funciones de la tele socialista.
Por otra parte, de Canal Sur no salió jamás nada nuevo. Y si
no me creen, he aquí un botón de muestra:
Irma Soriano, Toñi Moreno y Mariló Montero. La primera fue capaz de
entrevistar a una mujer de Granada maltratada
y a cara descubierta. Aquel triste episodio terminó con el asesinato de la señora
a la que quemó viva su ex marido.
Sorprendentemente ni a la productora de la tele, ni a la ínclita presentadora,
se les pasó por la cabeza que un hombre tan violento que, además era vecino de
la señora, se tomara venganza. Así que no tuvo a bien ocultarle la cara. Lo que
sí hizo, faltaría más, es repetir la entrevista al día siguiente del asesinato.
Todo bañado con lágrimas de cocodrilo. Toñi
Moreno -papanatas como pocas- condujo un programa donde el personal llamaba
para ayudar a gente en situación desesperada. Con ello se conseguían dos cosas;
la primera demostrar lo buena gente que son los andaluces y, la segunda, aunque
esta no era de forma consciente,
demostrar que la gestión socialista ha sido, es y será un completo
fracaso. La presentadora, o lo que sea, fue fichada para presentar un espacio
similar e RTVE pero el resto de nuestros compatriotas le hizo un soberano corte
de mangas a la andaluza. Hoy la pobre aparece en todos los programas de
televisión donde se dan inocentadas. Con ese cerebro es normal que caiga
siempre. La última de la lista de muestra es Mariló Montero. Una mujer muy bella que ha ganado, como la tele
andaluza, su prestigio arruinando su reputación. De todas las perlas destacaría
su pregunta: “¿Alguien querría recibir el pulmón, el hígado, el corazón, de
otro que ha quitado vidas?” La pobre no tenía muy claro si el órgano
trasplantado acoge el alma del donante.
Y para almas perdidas, Tom
Benítez usando la primera persona del plural para identificarse con el
personaje: "Señor Chaves en peores nos
las hemos visto verdad". Y todo en posición genuflexa.
A todos estos argumentos el personal suele oponerme el hecho
cierto de que cerrando Canal Sur, muchas criaturas perderían sus puestos de
trabajo. Sin embargo, yo les preguntaría dónde estaban cuando los trabajadores de Intelhorce, Delphi o Isofoton perdieran sus puestos de trabajo,
siendo como eran útiles para la sociedad. Es más cuando ellos se vieron de
patitas en la calle por culpa de los socialistas, el ente público miró para
otro lado. Incluso cuando los de
Isofoton aparecieron en Sevilla para manifestarse en las puertas del
parlamento, Canal Sur dio orden de que las cámaras no hicieran acto de
presencia. Por ello, a ningún dirigente serio le debe de temblar el pulso a la
hora de echar a estos impresentables a la calle. La cosa es simple: la RTVA es carísima y solo vale para que el
régimen corrupto andaluz se vanaglorie de sus fracasos. Cerremos pues Canal Sur
porque de aquí a unos años diremos como con Canal Nou: Tancat i ben
tancat.
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