Amigantes, amigos y mangantes

Artículo de Cornelia Cinna Minor

• La inclusión de Lozano irreconciliable con los dos PSOE: sanchistas y susánidas.
• ¿Qué dijo Lozano para levantar tantas ampollas?
• Susánida versus Lozano.
• La guerra que viene.

Irene Lozano se postula, sin contrincante alguno que le haga sombra, como la enemiga número uno de Susánida y sus mariachis, al estar en la Comisión de Sabios de la regeneración democrática de los socialistas, y Alaya fuera del juzgado número seis de Sevilla. Me pregunto si habrá ocupado el puesto que Rosa Díez abandonó.

Independientemente de sus inconsistencias, protagonismo, habichuelas buscadas, mercadeo político, mamporrismo, transfugismo, incoherencias, traiciones, pesebres, velas y veletas, capacidad estomacal, cambios de discurso, de chaqueta y de haberse ofrecido públicamente a Ciudadanos, se abrió a unirse a las filas de C´s, confiada en el sí por su papel en el Congreso.

Sin embargo, sus duras críticas a Sosa-Wagner, ahora C´s, con su “Querido Paco” se lo han impedido, terminando en la bífida famiglia socialista. Atención,  no obstante, ella no está en el lado oscuro y macabro. No, ah, no. Lozano está con los buenos buenísimos, los reformadores, etc. Se ha despertado del sueño dogmático, por lo visto.

Pero ¿qué ha dicho Lozano para tal terremoto? Que Andalucía se parece al PRI, la dictadura perfecta, que cuando uno lleva tantos años gobernando aplica prácticas semejantes a política corrupta, que Andalucía es un cortijo. Los “amigantes”, amigos y mangantes de Lledó, que el PSOE ha llevado imputados en sus listas, que permitían a corruptos, que practicaban antipolítica, filibusterismo parlamentario, etc.

Los andaluces y socialistas que no sean corruptos no deben sentirse ni insultados ni vejados ni nada de nada. Quien se ofenda así, por algo será. Hasta aquí huele a ajo.

A cambio del giro copernicano político de la exUPyD, lo que le hayan prometido, vendido -y ella aceptado o callado- es harina de otro costal. Así, la utilización bidireccional es consciente, consentida y para nada inocente. “El PSOE tiene el atractivo adicional de poder llegar a la Moncloa”, ha llegado a decir. Claro, y para ella un futurible Ministerio Anticorrupción o para la Comandante, el Ministerio de Defensa o secretarías de estado con sus equipos, claro, claro, claro. Sí, sí, sí. De anticorrupción será un crack; pero de moral, anda un pelín flojita. 

Ranas políticas 

En ese mundo hay un relativismo ético: traslaciones y mutaciones ideológicas, digodieguismo, justificaciones de canalladas por el bien común, facas y chantajes, decepciones brutales, traiciones espalderas y mentiras por ideales universales, etc. Por eso, no sé a qué viene tanto aspaviento con la espantá de Lozano, cuando otros le precedieron en el satre: Toni Cantó -vía primarias, eso sí- o Prendes han aterrizado en Ciudadanos junto con otros bellos, hermosos y lustrosos.

Asimismo, los comunistas Rosa Aguilar, López Garrido, Antonio Gutiérrez hicieron lo propio arrimándose al calor de la lumbre socialista; exsocialistas como Luis Salvador de Granada, hacia Ciudadanos y Julio Díaz, el presidente de la comisión andaluza de los cursos de formación, estuvo hasta diciembre de 2013 en el PSOE, etc. Tres cuartos de Ciudadanos están formado por exPSOE y exPP. En vez de políticos, parecen ranas buscando una charca mejor. Si hubiera listas abiertas estas cosas ocurrirían menos. 

Frikipolítica 

El contexto del fichaje de Lozano hay que entenderlo desde la azotea del edificio de la cutrepolítica. Ésta se vació de contenido ideológico y se plantea como producto-cosa vendible y comprable, empresas financieras o prolongación de las mismas, que es lo que son. Los partidos hacen sus fichajes como en el fútbol. Igual. Ahora están rebozando y matizando todos los programas que, cuando lleguen al poder, nadie va a cumplir al 100% por miles de razones reales económicas, paz social, lobbies o relativas a las encuestas. Del “y tú más”, la “herencia recibida” al  “no, mira es que verás” o “es que Merkel no”, etc. No me extraña que los seguidores de Antonio G. Trevijano suban exponencialmente, con la abstención activa.

Todos se están colocando en la parrilla de salida, ajustando ruedas, manguitos y potencia del motor. Unos te dicen que son de derechas, pero han hecho políticas de centro, lógicamente, restrictivas en una situación límite, cuando, además del centrismo y gestión económica, que hay que reconocer, deberían de haber eliminado las cientos de empresas públicas estatales, reformas del Estado de gran calado, no permitir el desastre del gasto público autonómico, ley electoral, despolitización de la justicia, separación de poderes, auditorías, limpieza de arriba a abajo- incluso del discurso político-, por no hablar del “asunto” catalán, etc.

Otros, los socialistas, ahora resulta que se presentan como la solución al problema, cuando ellos han hundido nuestro país en bloque y nos hemos visto en el terrible espejo griego. Los peperos, con corrupción individual-partidista punible y desleznable; los socialistas, vomitivamente, con corrupción individual-partidista-colectiva e institucional con visos impunibles, yendo de una falsa superioridad moral e indemnes, como estamos presenciando en los ERE y los cursos.

Lo más alucinante es que el único partido que denuncia la corrupción va en caída libre. Paradójico. 

Nueva política formal 

Los nuevos puros se proclaman socialdemócratas cuando son comunistas venezolanos, otros dicen ser de centro, cuando C´s es un gazpacho entre PP y PSOE con caras guapas y discursos bien articulados, pero lees sus “papeles” y se declaran "centro-izquierda no nacionalista". Empero, se llaman liberales progresistas: de derechas pero con tintes socialdemócratas. Se les pregunta y te dicen que están por encima de las etiquetas. ¿Qué son? ¿Una abstracción no nominal? ¿Un concepto puro no formal? ¿El Tao político? Un nivel más sofisticado de engaño, certificándose con hechos en Andalucía.

Coletas Fumanchú Manitú llama casta al bipartidismo, el otro lo llamará eje clientelismo-autoritarismo o la vieja política; pero Riverita pacta con la vieja guardia con distintas exigencias incomprensiblemente. En sus alianzas, se ha documentado y visto que lo que han hecho es lo mismo que los anteriores, con matices, o peor, pero eso sí, con otras formas y estéticas.

Si esto es nueva política, que venga Dios y los dioses manes y lo vean. Ambos Podemos -el de izquierdas y el de “derechas/izquierdas-concepto puro”- juegan al despiste, a ideas generales, no explican el cómo en las condiciones de posibilidad actuales, apelan a actos de fe que no tienen sentido, se mantienen los sofismas, etc. 

Susánida versus Lozano 

En el escenario mediocre y cuántico, Lozano es una política de armas tomar, directa, discursiva culturalmente hablando, e incómoda -otra cosa es que sus cimientos japoneses tengan una ética flexible, quod erat demonstrandum-.

Periodista y viajada está a años luz de lo que representa el universo de cuñados y la catetez acomplejada, envidiosa, reconcomida y casposa de la Faraona de Triana, la Miarma y sus acólitos. Los antípodas de Susánida, hablando en román paladino.

Ojo, pero ambas han sido tildadas de trepas y designadas digitalmente. Asimismo, las dos están cerca de Ciudadanos por distintas circunstancias: Susánida con el metapacto de Andalucía con Riverita de la Barceloneta e Irene Lozano al defender la fusión de UPyD en sus fallidas primarias, cuando antes la había despreciado. Todo converge a los felices y bellos Ciudadanos, como se ve.

Respecto a la ducha de agua fría que ha regado todo el chiringuito andaluz, Espalda Plateada González le “aconsejó” a Lozano que rectificara y pidiera perdón. Cosa que no hizo. Más tarde, en Sevilla González ha advertido de la guerra que viene: “el problema es que esa incomodidad pase a ser rechazo”, comentó con Susánida, a su lado, sonriente como Chucky. Por si acaso, ha llamado al afilador a San Telmo. Chispas nocturnas de cuchillos se ven reflejadas en el cielo y en las aguas del río Betis. Todo muy tremebundo y lorquiano. Se masca la tragedia por momentos. 

Canasta del alero 

Sabedor y consciente de que las críticas y argumentos en contra de su lucha para eliminar la corrupción le van a venir por todos los flancos, teniendo como callo doloroso los innumerables casos del Sur, Pedro Sánchez se ha parapetado a dos niveles y tiempos: en las elecciones generales con Lozano y la Comandante, como regeneradoras, reformistas y feministas de pro; e interna y posteriormente, como escudo contra el tótem de la presunta corrupción y afiladora de cuchillos, Susánida-Salomé.

Con todo, los sables están preparados. Le ha lanzado a la andaluza-no-lozana: “mira Susana, yo represento un nuevo PSOE limpio de corrupción, de imputados, imagen joven y culto, laico, reformista, moderno, federal, innovador, con hechos, no tu bablerío de sevillanas maneras”. Pero Susánida simboliza todo lo contrario a lo anterior y ante una afrenta de tal calibre lo esperará en la puerta de chiqueros en el minuto uno de los resultados del 20D, como sean contrarios.

¿Será Lozano la mediadora para el metapacto con Rivera como garantía de anticorrupción? ¿Habrá tenido acceso Lozano a un “Informe Pelícano II” contra los socialistas y le está callando la boca con esta pole position? De todos es conocida la noticia de que, supuestamente, hay un informe Pelícano I para quitar de enmedio a Rajoy y al PP de las próximas elecciones, si no hay un nuevo candidato pepero. No es descabellado pues, que los no-PSOE tengan un contrainforme y como dijimos en El Demócrata Liberal, el metapacto con C´s tenga más sentido.

Sin embargo, la inclusión de Lozano ha sido una jugada que la hEREdera de los imputados Chaves y Griñán no esperaba, con desplante del vasallo Cornejo incluido. Ella, que era el centro de la familia socialista, ha visto cómo, aún teniendo todo un despliegue de la KGB en el partido, sus servicios de información, no le han funcionado, no ha podido reaccionar ante el Proyecto Manhattan y el Little Boy que le ha explotado justo encima. Ahora bien, permítanme el chiste: el Enola Gay con siete Little Boys hubiera sido haber llamado a Frau Alaya como experta independiente contra la corrupción en una comisión de verdaderos profesionales.

Frente a “Estapresidenta”, Lozano, que los llamó mentirosos, sicilianos, corruptos y ladrones, le ha quitado protagonismo sin hacer genuflexiones y la coloca en el número cuatro por Madrid. Por ello, anda como Juana la Loca por San Telmo. Ni olvido ni perdono, dirá. Le han robado su papel, su careta de actriz de la regeneración, y se la han dado a una persona más “creíble” para un supuesto sector del electorado, más preparada y más simbólica.

Lozano, cuando hable de corrupción y de eliminarla, la imagen que le venga será sureños paseítos de trolleys con jueza desfrenestrada entre marismas y minas con olores de asar vacas. Difícil papelón. A ver cómo va a vender la burra, ahora, por caballo y además, ganador.

Con voz de ultratumba, el mensaje de Irene Lozano es claro, como pitonisa del Oráculo de Ferraz del apolíneo Pedro Sánchez: las cosas tienen que cambiar en el PSOE sí o sí -o por lo menos, parecerlo-. Si llegan el Gobierno, todo lo demás sobra, incluida Susánida y su tribu prepotente clientelar e “irregular”. Si no, habrá una hecatombe. 

Coda: lo cierto y verdad es que Pedro Sánchez tiene una extraña habilidad para rodearse de traidores “y traidoras” extremas.