sábado, 19 de septiembre de 2015

Sin duda, a pesar del miedo

Artículo de Carolina Rodríguez-Cariño


Cataluña, España, 16 de octubre de 2015.

Hace un par de semanas en este mismo periódico digital escribí un artículo que titulé "Perdiendo el miedo". Puedo confesar que estos días previos, y en especial el día de hoy, lo he sentido como un lobo, su aliento cercano siguiéndome por donde iba, como una sombra obscura, a cada paso. Hoy más que nunca pienso que no se pierde, que me he equivocado de título aunque lo que narro es absolutamente cierto. Y en base a ello, actué en consecuencia.
 
El miedo, como dicen los entendidos, es esa sensación de angustia, de inseguridad ante un hecho desconocido. Nos da también, o al menos desde mi percepción, una inestabilidad emocional, pero creo que muchas veces lo necesitamos para poder reaccionar y tomar decisiones, no importa si son o no acertadas. 

Hoy el miedo fue mi compañero de viaje. Entregué en el instituto donde mi hijo cursa estudios una carta solicitando que se apliquen los dictámenes en relación a la enseñanza en español en Cataluña, tanto del Tribunal Constitucional, como del Tribunal Supremo y también por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Que se garantice el estudio de las lenguas, y en concreto en relación al porcentaje que debería, por ley tener el Castellano o Español.

Según me informaron tanto en el Instituto, como en el Ayuntamiento, soy la primera en solicitarlo en esta localidad. Además, por sus caras, gestos y preguntas, poco saben qué hacer o cómo gestionarla. A la vez que sentía miedo, lo notaba en sus rostros, tipo de preguntas, consultas internas, en el qué hacer con "esto", y de qué forma recibirla. Esa comodidad en la que estaban se vio alterada por una sola comunicación, una solicitud de una ciudadana común. 

Probablemente "ellos" tengan más miedo que yo, y mucho más de quienes sí se han atrevido a ir contra el inmovilismo, contra este sistema terrible, esos primeros que lo han hecho son héroes, anónimos muchos, y otros atacados públicamente por pedir que se cumpla la ley, asumiendo las consecuencias.

"Ellos" tiene terror de perder su feudo, han creado todo un proceso, donde la lengua que debería existir para unir y comunicarnos, se ha usado para dividir ciudadanos que conviven en una misma región. Sin duda alguna los "secesionistas, ellos", demuestran un miedo enorme, atacan en masa ante lo que consideran una afrenta contra su "feudo" o hacia el "señor feudal", amedrentan violentamente a quien solicita sus derechos, a quien planta cara ante la impunidad manifiesta durante tantos años. Pareciera un sinsentido, porque se ataca el "deber ser", mientras en democracia y desde el poder se aplaude la violación de lo establecido como reglas del juego.  

Como he mencionado anteriormente, en Cataluña vivimos una deriva secesionista que ha pisado el acelerador desde el 11 de septiembre de 2012, y quienes le “sufrimos” de primera mano, sentimos esa incertidumbre ante nuestro futuro inmediato. Y repito: A pesar de que la ley esté de nuestro lado, tenemos la triste convicción que estamos solos ante un monstruo de mil cabezas, alimentado desde el poder desde hace más de 30 años.

Así que esta mañana, cogí mi miedo y lo metí en los bolsillos. No, no fui sin él, fue mi compañía durante todo el trayecto. Fue mi soporte, me permitió estar más alerta, ir con pasos más rápidos pero firmes. Sí, sentí miedo, pero no dudé un momento en lo que debía hacer.

Creo firmemente que los cambios siempre vienen dados por una minoría. Y hoy me he sentido con esa fuerza que da "El Poder de Uno". No creo que sea más valiente, sino más atrevida. 

Siento un profundo agradecimiento hacia quienes me han apoyado, entre ellos a esos amigos que desde las redes sociales luchan día tras día, en lo lejano y lo cercano, mi aquende y mi allende. De igual forma a todas las personas que están detrás de la "Asamblea por una Escuela Bilingüe de Cataluña", quienes me han asesorado y respondido todas mis dudas. Seguramente habrá muchas más. 

El camino es largo, y como dicen en mi tierra, amanecerá y veremos. Espero que todo sea para bien.

“La sangre de mi espíritu es mi lengua...y mi patria es allí donde resuene”
Miguel de Unamuno. 



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