Artículo de Mara Mago
Define el
Diccionario de la Real Academia Española la palabra impostura como
‘’fingimiento o engaño con apariencia de verdad’’.
La palabra ‘’impostura’’ acude a mi mente con frecuencia
como recurso lingüístico para intentar comprender la realidad que me circunda.
Esta semana han sido
varias las noticias que me han llevado a recurrir a esta definición para explicarme algunos
hechos cercanos. La primera: Susana Díaz, la
presidenta de la Junta de Andalucía, se ha incorporado a su trabajo después de una baja maternal de
40 días, incluidos sus 30 días de vacaciones de agosto.
Díaz es la abanderada
de los derechos de la mujer, por sí misma y como líder de su partido político, que
se ha apoderado en exclusiva del discurso de la igualdad autoerigiéndose en antorcha
portadora de la llama del feminismo sideral.
No voy a incidir en la
impostura que simboliza la decisión de Susana Díaz, como antes hicieron otras
políticas de su generación, porque en
estas páginas ya está desarrollada por María
Calvo, con su habitual gracia y
frescura, en "Nos salengranos de verte". Les recomiendo su relectura.
Aulas de fabricación rápida
La segunda impostura
llegó de boca de la flamante nueva
consejera, aunque de pasado indignante, Adelaida de la Calle. A propósito del
nuevo curso escolar, la exrectora malagueña ha afirmado que en Andalucía no hay
caracolas. Atentos los padres de los 10.000 escolares que las padecen: esas casetas de albañil donde aprenden y estudian vuestros
hijos no existen. Eso es un invento de madres ‘’esquizo’’ a las que todo les
parece poco para sus malcriados vástagos.
Hay que leer e interpretar a esta consejera entre líneas.
Porque dice muchísimo menos de lo que piensa. ¡¡Y mira que habla, y a velocidad
del rayo!! Lo que quiso decir la consejera fue algo así como……
- Enteraos bien,
incultas bipolares, y leed los informes
que firmo: ‘’en
Andalucía sólo hay 317 edificios portátiles instalados en 178 centros
educativos que albergan entre una y tres aulas de fabricación rápida’’.
- ¡Alegraos!,
obsesas hiperactivas del grupo de WhatsApp, porque.… ‘’este curso sólo el 0,04 por ciento de los escolares andaluces recibe
clases en caracolas’’ –perdón, aulas de fabricación rápida-.
- Y, para mayor
gloria del sistema educativo público andaluz y beneficio de las miles de
deslenguadas y desagradecidas madres de alumnos-barra-alumnas , al final de la legislatura, ‘’habremos reducido
la cifra a un 0,02 por ciento’’.
Esto será si Rajoy cede, claro está, y la queja persistente
por la escasez presupuestaria incrustada a fuego en el argumentario socialista,
surte el efecto perseguido.
Respecto a otras
imposturas de De la Calle alardeadas estos días, con motivo de la apertura del
año académico, la Divina Higea ha
dado incisiva cuenta en esta web informativa y de opinión. También les
recomiendo su relectura. El artículo se titula "Adelaidaaaa".
Democracia pisoteada
Para imposturas, la
del iletrado presidente del Parlamento de Andalucía alegando un ‘’limbo
jurídico’’ donde sólo hay una voladura reiterada de un pilar maestro de la
Democracia: la separación de poderes. El objetivo: asegurar el control del Legislativo al partido gobernante.
El medio: interpretar el reglamento de la Cámara en
interés de quien lo elevó al Olimpo de las Cinco Llagas. Para eso está ahí.
Barrer para casa es su misión.
Para impostura, la
de Ciudadanos, el partido de la regeneración política, transmutado
vergonzosamente en muleta del PSOE andaluz. Ahora permite con su abstención
indecente que el Ejecutivo amordace al Parlamento para evitar que prosperen iniciativas incómodas. Y para que
conozcan el alcance y repercusión de este atentado democrático les remito al
artículo de Luis Escribano "La apisonadora ciuda-socialista".
El marasmo consorcial
El consejero de
Empleo, Empresa y Comercio protagonizó esta semana otro acto de impostura digno
de los mejores actores de comedia.
Concluido el consejo de gobierno, el martes, 15 de septiembre, José Sánchez Maldonado comprometió su
palabra para garantizar que no habrá más irregularidades en la gestión de los
consorcios de empleo. ‘’En el SAE estarán
todos los controles’’, anunció sin una mueca que indicara que se trataba de
un chiste.
Había
anunciado que la Junta, a través del Servicio Andaluz de Empleo, asumirá las deudas y los 167 trabajadores de los consorcios de
formación paralizados desde hace un año por la incapacidad del Gobierno autónomo
para resolver el laberinto jurídico en
que se encuentran.
Recuerdo
a los lectores de EL DEMÓCRATA LIBERAL
que una caótica gestión administrativa en
los consorcios de empleo derivó en un déficit financiero que obligó a la paralización
de la actividad formativa. Según las investigaciones abiertas en varios
juzgados, el dinero de las subvenciones para formación se utilizó
para sufragar gastos corrientes, cenas de aniversario, viajes, cabalgatas de
Reyes o la compra de jamones. Esas irregularidades se salvaban año tras año a
la hora de renovar la subvención de la Junta aplicando de forma masiva la
figura de la exoneración del deber de justificarlas.
Ahora, el Gobierno andaluz
aprobará una modificación presupuestaria para destinar 13 millones de euros a
su puesta en marcha, prevista para el próximo mes de octubre, según explicó
Sánchez Maldonado, quien, sin embargo no hizo referencia al futuro laboral de los ALPES.
Días atrás, después de la denuncia
de algunos “alpes”, fuentes de la Consejería habían confirmado que 48 ex
agentes locales de promoción de empleo
cobran sin trabajar desde agosto.
El colectivo, integrado por casi
800 personas, fue despedido en septiembre de 2012, cuando se disolvieron los 95
consorcios denominados UTEDLT (Unidades
Territoriales de Empleo y Desarrollo Local)
repartidos por las ocho provincias andaluzas. Tras recurrir el despido,
han ganado todos los pleitos planteados contra la Administración regional, que
ha sido obligada a readmitirlos reiteradamente. La Junta lleva un año
incumpliendo los mandatos judiciales, pendiente de lo que llama un ‘’plan de reasignación de efectivos’’
que está elaborando el SAE.
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