viernes, 25 de septiembre de 2015

España, un país nou


Artículo de Jonás Gámez

La cita electoral catalana del 27S nos trajo el pasado Sábado noche un intenso debate en “La Sexta” moderado por la periodista Ana Pastor. Debate en el que se demostraron dos cosas: Uno, que el callejón sin salida de Mas y Junqueras está poniendo seriamente en riesgo la unidad de España con una polarización insólita desde los preludios de la II República y dos, que pese a los esfuerzos de los partidos nacionales por explicar que una Cataluña fuera de España, de Europa y del Euro es inviable, el resultado es precisamente el contrario, uniendo adeptos a la causa independentista, al menos eso dicen las encuestas.

Ana Pastor parecía cáustica y tosca, sobre todo con el popular Albiol. Debe existir una componente de resarcimiento en la flamante periodista y por eso se mostró especialmente irascible con el pepero, debe tener algo que ver que fuera fulminada de televisión española después de que el actual gobierno llegara al poder y sustituyera a la cúpula de RTVE. No seamos suspicaces, quizás sea una casualidad.

Después continuó con otra perlita el líder de la CUP, Antonio Baños: "Queremos fundar una República, el Estado español es irreformable” decía. El cata-borroka preparó la función y asaltó el plató, quiso ser incisivo y se pasó de resabido. El indepe tenía razón en la afirmación, pero la solución evidentemente no pasa por desmembrar a la nación más antigua de Europa y sacar a sus ciudadanos de la Unión, sino por dirigir su cornamenta a embestir esos entes reacios a la regeneración democrática, en lugar de dirigirla una y otra vez contra los cimientos del Estado.

Desde el inicio de la edad contemporánea se ha intentado en reiteradas ocasiones la instauración de un estado liberal avanzado, al más puro estilo de las democracias occidentales más importantes, pero siempre se ha encontrado con una oposición feroz al cambio. El régimen ya establecido hasta el momento siempre ha luchado con uñas y dientes por no perder sus privilegios y la falta de una revolución verdaderamente significativa ha hecho que los cambios se hagan a medias y que surjan los independentismos como respuesta a un Estado irreformable.

Si hoy en día el independentismo es tendencia, es gracias a esa falta de determinación por reformar España y sus instituciones. Es gracias a esos políticos que participan en concejalías, mancomunidades y mamandurrias, que copan los puestos sin ningún interés por sus congéneres. Es gracias a una ley electoral que da estabilidad por un lado y la quita por otro supra representando a partidos desestabilizadores. Es gracias a esas listas cerradas y bloqueadas que hacen a algunos políticos estar completamente desconectados de la realidad de sus ciudadanos. Es gracias a una ausencia plena de separación de poderes. Es gracias a aquellos que hacen de la política su profesión desde que hacen uso de razón. Es gracias a los que hacen leyes de control mediocres para salvaguardar sus prerrogativas. Es gracias a una educación que no es supervisada por el Estado en ninguna comunidad autónoma. Es gracias a aquellos que hacen de los partidos políticos su cortijo particular haciendo creer a los demás que las siglas son su posesión personal.

Convergencia no ha desaprovechado el inmovilismo del estado y toda la corrupción reinante tanto por activa, como por pasiva. No ha desaprovechado la ocasión de presuntamente meter la mano en la caja cuando ha tenido oportunidad - osea siempre, y ha abominado la corrupción del de en frente, echándole un gran rostro al asunto.

Siempre han llevado como estandarte el discurso de la regeneración como excusa para la independencia, pero a su vez se lo ha llevado calentito. Que te den lecciones Artur Mas y Convèrgencia sobre regeneración, que llevan toda la vida aferrados a la poltrona, no tiene precio. Deberían ser los ciudadanos los que pidan la cuenta a estos mamarrachos que desestabilizan al país y llenan de chascarrillos los medios de comunicación día sí y día también.

Sus medios afines y la radio televisión pública catalana están participando de un complot sin precedentes para romper los lazos de unión con España, incluyendo los afectivos. Utilizan los medios de forma torticera y negligente haciendo creer a los que los ven que los que apoyan la independencia son mayoría, omitiendo a una parte no desdeñable de la sociedad. Hacen creer que Cataluña es la Eslovenia del Sur de Europa. Lo que no airean es que en Eslovenia más del 90% de los ciudadanos está a favor de la independencia, en Cataluña apenas llega a la mitad.

Para que viva el pueblo, podamos converger con Europa y Cataluña se sienta cómoda dentro de la nación española es necesario que esa lacra corruptora desaparezca de las instituciones tanto de unos, como de otros. Los independentistas defienden la separación como la única vía para acabar con la corrupción enquistada y evitar la crisis institucional por la que pasa la nación española – o lo que queda de ella. Ahora es el momento de construir un país nou. Ahora es el momento de construir la nueva España iniciando una profunda regeneración, ¡Una profunda regeneración que no sea la de Joan Marí!

Acabose el mito del líder perfecto, pues naranjito no está interesado en la regeneración y a muchos llenó el desafecto. Pero no debéis caer en el desaliento y debéis evitar el fraccionamiento, y desde el mismo parlamento alentar la unión de toda la nación.



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