miércoles, 23 de septiembre de 2015

El Principio de Peter


Artículo de Eduardo Maestre


El Principio de Peter o Principio de Incompetencia está basado en el estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas, y afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad de tal manera que, cuando ya no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, alcanzan su máximo nivel de incompetencia.
 
Laurence J. Peter fue un pedagogo canadiense del siglo XX que comenzó como maestro de pueblo y llegó a doctor en la Universidad. Su célebre Principio se resume en esta frase: en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta que llega a su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.

Esto se dijo a finales de los 60’, aunque el primero en hacer referencia a este concepto –cómo no!- fue Ortega y Gasset, quien en 1910 dejó por escrito que todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes. Es evidente que Ortega y Gasset estaba hasta las narices de la burocracia española de principios de siglo.

Por fortuna, Laurence J. Peter también nos ofreció una luz de esperanza al añadir que el trabajo -el trabajo que funciona-  es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia. Es decir: hay posibilidad de redención!!! Aún hay personas que trabajan adecuadamente!!!

El Principio de Peter no sólo afecta al ascenso en las responsabilidades de una empresa, sino también a la expansión de la misma. Esto es: abrir una sucursal en una ciudad cualquiera implica depositar la confianza de la dirección de dicha empresa en alguien que hasta el momento no la había asumido en esa ciudad concreta o con esos trabajadores concretos. 

Cuando un partido político decide expandirse, como ha sido el caso de Ciudadanos por España, tiene que abrir sucursales, franquicias políticas, por decirlo de alguna manera. Ello conlleva depositar la confianza en personas que pueden conocerse muy bien o, si hay prisas, sólo de oídas

Albert Rivera, en su asalto a UPyD librado tras las elecciones europeas del año pasado, consiguió ilusionar a una masa ingente de ciudadanos asqueados de eso que llaman erróneamente bipartidismo. Estos ciudadanos, muchos de ellos metidos en la harina de la Política desde hacía ya un tiempo a través de UPyD, hartos de no conseguir réditos electorales en ninguno de los comicios importantes, vieron una especie de luz al final del túnel y, a mi juicio, se lanzaron hacia ella sin considerar las consecuencias. 

Digo que muchos se pasaron de UPyD a Ciudadanos en masa; hubo hasta rifirrafes, descalificaciones muy injustas y toda suerte de resentimientos cobrados a lo bestia. Tanto es así que hasta la propia Rosa Díez, la fundadora y alma mater del partido, se vio forzada a apartarse para dar paso a generaciones más jóvenes y menos machacadas por la prensa y los de su propio partido transfundidos a Ciudadanos.

Pero nadie se engañe: que Albert Rivera sea un tipo consecuente y coherente, estructurado en su pensamiento y en su discurso (mucho más de lo que cabe esperar hoy día de cualquier político de tres al cuarto) no hace que el Programa del partido que dirige sea igual de coherente. La mayoría de los que huyeron en masa a Ciudadanos no pudieron cambiar de partido sin cambiar el paradigma ideológico que se supone tenían en UPyD. Porque UPYD no tiene el mismo Programa, ni de lejos, que Ciudadanos.

Ahora que Unión Progreso y Democracia está en horas bajas, Ciudadanos se expande por España como una mancha de aceite. Pero Albert sólo hay uno: Albert Rivera. Y las delegaciones, sucursales y franquicias de Ciudadanos en toda España son dirigidas por otros que no son Albert.

Juan Marín, que es el responsable directo de Ciudadanos Andalucía, fue ascendido a dios del Olimpo por Albert en su momento. Cómo llegó Rivera a elegir a un hombre tan oscuro, sólo Dios lo sabe; pero lo cierto es que Marín fue el elegido de los dioses catalanes que manejan los hilos de Ciutadans en su expansión nacional.

Y aquí es donde entra en acción el Principio de Peter: "En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse." Juan Marín, de concejalillo protosociata en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) pasó a persona influyente en Ciudadanos Andalucía, y de ahí a Number One del partido de Despeñaperros para abajo. Ha ascendido sin pausa hasta alcanzar su máximo nivel de incompetencia! Y así lo ha demostrado apoyando la investidura de la jefe del socialismo extractivo en Andalucía, Susana Díaz.

Peter sigue acertando, desgraciadamente, a través de su célebre Principio. Pero, como dije arriba, Peter también añade después otro Principio, derivado del primero, que mantiene dentro de sí una luz de esperanza: "El trabajo realizado lo es por aquellos empleados que aún no han alcanzado el nivel de incompetencia". Es decir: hay gente que, no siendo aún completamente ineptos, consiguen sacar adelante las empresas con su trabajo, que se supone bien hecho!

Lo mismo cabe esperar en los partidos políticos. Hay militantes de base que, quizás por no haber sido ascendidos o quizás por no esperar serlo, aún mantienen la claridad de concepto que les permita discernir qué llevaban en su Programa, qué idea tenían de lo que significa decencia política y qué narices están haciendo sus dirigentes. Porque no puedo creer, no quiero creer que en el recentísimo Ciudadanos andaluz no haya militantes de base, incluso cargos importantes que no estén rabiando por quitar de sus escaños a este traidor de Juan Marín, a este Bellido Dolfos de inquietante flequillo que ha clavado una daga envenenada en el costado de sus votantes entregando la vara de mando a la encubridora de los Chaves, los Griñanes, los Zarrías y las Malenis; que ha dado cuatro años de oxígeno a la ahijada de los ERE y de los cursos de formación de la UGT; que ha dado alas a la dueña y señora de la Administración Paralela que nos cuesta 7.000 millones de euros ANUALES a los andaluces y que sólo existe porque existe el PSOE andaluz, cuyos miles de cuñados conforman un Universo paradigmático en el que la Teoría de Cuerdas no puede prosperar si no paga antes la mordida sociata correspondiente.

Enfín, basta ya de sarcasmos! La capo dei tutti capi ha retomado la vara de mando del Gobierno andaluz gracias única y exclusivamente al apoyo explícito de un miembro de Ciudadanos Andalucía, partido que amaneció en nuestra tierra con lluvia y temporal, con rayos y truenos, y que podría hundirse para siempre jamás en los fangos del abandono en las próximas elecciones andaluzas. Sin duda. Porque los votantes pueden ser traicionados, despreciados y estafados; pero sólo una vez. Y si no hay un cambio drástico de rumbo, ya pueden ir buscándose los militantes de Ciudadanos Andalucía un portal que les guarezca de la lluvia; un portal que ya no podrá ser UPyD, del que muchos salieron dando unos portazos que quebraron las bisagras. Busquen un portal en el que guarecerse del temporal, porque el de su partido desaparecerá sin remisión como ya desaparecieron el Partido Andalucista e Izquierda Unida. Y ambos por la misma razón: entregar el Poder al Mal que asola a los andaluces y haber para ello traicionado a sus votantes.

Mientras tanto, me pregunto: es que no hay militantes de base ni cargos importantes en Ciudadanos con la suficiente bonhomía, honradez, dignidad y conciencia como para parar esta debacle anunciada? Es que solamente se va a hacer realidad la primera parte del Principio de Peter, la que habla de que el ascenso lleva indefectiblemente a la incompetencia? Es que no hay miembros de Ciudadanos que sean verdaderos ciudadanos? Es que no hay en este partido bases capaces de hacer su trabajo en condiciones y de poner a este Juan Marín y a su camarilla acojonada fuera de circulación para por fin empezar a hacer aquello para lo que les votaron, y que no es otra cosa que limpiar la corrupción desde dentro?

Ciudadanos de Ciudadanos: no veis a Juan Marín? No acabáis de captar la profundidad de lo que ha hecho? Es que no teneis ojos en la cara para daros cuenta de que Ciudadanos, a día de hoy en Andalucía, se ha convertido en el epítome de la Traición? Cuánto tiempo más vais a esperar para dar el asalto definitivo a la cúpula del partido? Hasta cuándo vais a soportar las críticas diarias a la puñalada que asestó vuestro líder a los que esperábamos un soplo de aire fresco? Para eso entrasteis en el partido, militantes de Ciudadanos? Para ir avergonzados desde la sede hasta vuestra casa?

Hola? Hay alguien ahí? Hay alguien en vuestro partido que pueda cumplir la segunda parte del Principio de Peter? Hay alguien con el suficiente nivel de vergüenza torera?



http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Eduardo%20Maestre

1 comentario:

  1. El artículo está muy bien, pero quiero pensar, estimado Eduardo Maestre, que has escrito esto con un teclado inglés (que no tiene "¿"), si no, no se entiende,...

    ResponderEliminar