Artículo de Eduardo Maestre
El Principio de Peter o Principio
de Incompetencia está basado en el estudio de las jerarquías en las
organizaciones modernas, y afirma que las personas que realizan bien su trabajo
son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad de tal manera que, cuando
ya no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, alcanzan su máximo nivel de incompetencia.
Laurence J. Peter fue un pedagogo
canadiense del siglo XX que comenzó como maestro de pueblo y llegó a doctor en
la Universidad. Su célebre Principio se resume en esta frase: en una jerarquía, todo empleado tiende a
ascender hasta que llega a su nivel de incompetencia: la nata sube hasta
cortarse.
Esto se dijo a finales de los 60’, aunque el primero en hacer
referencia a este concepto –cómo no!- fue Ortega y Gasset, quien en 1910 dejó
por escrito que todos los empleados
públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido
ascendidos hasta volverse incompetentes. Es evidente que Ortega y Gasset
estaba hasta las narices de la burocracia española de principios de siglo.
Por fortuna, Laurence J. Peter
también nos ofreció una luz de esperanza al añadir que el trabajo -el trabajo que
funciona- es realizado por aquellos
empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia. Es decir:
hay posibilidad de redención!!! Aún hay personas que trabajan adecuadamente!!!
El Principio de Peter no sólo afecta
al ascenso en las responsabilidades de una empresa, sino también a la expansión
de la misma. Esto es: abrir una sucursal en una ciudad cualquiera implica
depositar la confianza de la dirección de dicha empresa en alguien que hasta el
momento no la había asumido en esa ciudad concreta o con esos trabajadores
concretos.
Cuando un partido político decide
expandirse, como ha sido el caso de Ciudadanos por España, tiene que abrir
sucursales, franquicias políticas,
por decirlo de alguna manera. Ello conlleva depositar la confianza en personas
que pueden conocerse muy bien o, si hay prisas, sólo de oídas.
Albert Rivera, en su asalto a UPyD
librado tras las elecciones europeas del año pasado, consiguió ilusionar a una
masa ingente de ciudadanos asqueados de eso que llaman erróneamente bipartidismo. Estos ciudadanos, muchos
de ellos metidos en la harina de la Política desde hacía ya un tiempo a través
de UPyD, hartos de no conseguir réditos electorales en ninguno de los comicios
importantes, vieron una especie de luz al final del túnel y, a mi juicio, se
lanzaron hacia ella sin considerar las consecuencias.
Digo que muchos se pasaron de UPyD a
Ciudadanos en masa; hubo hasta rifirrafes, descalificaciones muy injustas y
toda suerte de resentimientos cobrados a lo bestia. Tanto es así que hasta la
propia Rosa Díez, la fundadora y alma mater del partido, se vio forzada a
apartarse para dar paso a generaciones más jóvenes y menos machacadas por la
prensa y los de su propio partido transfundidos a Ciudadanos.
Pero nadie se engañe: que Albert
Rivera sea un tipo consecuente y coherente, estructurado en su pensamiento y en
su discurso (mucho más de lo que cabe esperar hoy día de cualquier político de
tres al cuarto) no hace que el Programa del partido que dirige sea igual de
coherente. La mayoría de los que huyeron en masa a Ciudadanos no pudieron
cambiar de partido sin cambiar el paradigma ideológico que se supone tenían en
UPyD. Porque UPYD no tiene el mismo Programa, ni de lejos, que Ciudadanos.
Ahora que Unión Progreso y
Democracia está en horas bajas, Ciudadanos se expande por España como una
mancha de aceite. Pero Albert sólo hay uno: Albert Rivera. Y las delegaciones,
sucursales y franquicias de Ciudadanos en toda España son dirigidas por otros
que no son Albert.
Juan Marín, que es el responsable
directo de Ciudadanos Andalucía, fue ascendido a dios del Olimpo por Albert en
su momento. Cómo llegó Rivera a elegir a un hombre tan oscuro, sólo Dios lo
sabe; pero lo cierto es que Marín fue el elegido de los dioses catalanes que
manejan los hilos de Ciutadans en su expansión nacional.
Y aquí es donde entra en acción el
Principio de Peter: "En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender
hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse." Juan Marín,
de concejalillo protosociata en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) pasó a persona influyente
en Ciudadanos Andalucía, y de ahí a Number One del partido de Despeñaperros
para abajo. Ha ascendido sin pausa hasta alcanzar su máximo nivel de
incompetencia! Y así lo ha demostrado apoyando la investidura de la jefe del socialismo
extractivo en Andalucía, Susana Díaz.
Peter sigue acertando,
desgraciadamente, a través de su célebre Principio. Pero, como dije arriba,
Peter también añade después otro Principio, derivado del primero, que mantiene
dentro de sí una luz de esperanza: "El trabajo realizado lo es por
aquellos empleados que aún no han alcanzado el nivel de incompetencia". Es
decir: hay gente que, no siendo aún
completamente ineptos, consiguen sacar adelante las empresas con su trabajo,
que se supone bien hecho!
Lo mismo cabe esperar en los
partidos políticos. Hay militantes de base que, quizás por no haber sido
ascendidos o quizás por no esperar serlo, aún mantienen la claridad de concepto
que les permita discernir qué llevaban en su Programa, qué idea tenían de lo
que significa decencia política y qué narices están haciendo sus dirigentes.
Porque no puedo creer, no quiero creer que en el recentísimo Ciudadanos andaluz
no haya militantes de base, incluso cargos importantes que no estén rabiando
por quitar de sus escaños a este traidor de Juan Marín, a este Bellido Dolfos
de inquietante flequillo que ha clavado una daga envenenada en el costado de
sus votantes entregando la vara de mando a la encubridora de los Chaves, los
Griñanes, los Zarrías y las Malenis; que ha dado cuatro años de oxígeno a la
ahijada de los ERE y de los cursos de formación de la UGT; que ha dado alas a
la dueña y señora de la Administración Paralela que nos cuesta 7.000 millones
de euros ANUALES a los andaluces y que sólo existe porque existe el PSOE
andaluz, cuyos miles de cuñados conforman un Universo paradigmático en el que
la Teoría de Cuerdas no puede prosperar si no paga antes la mordida sociata
correspondiente.
Enfín, basta ya de sarcasmos! La capo dei tutti capi ha retomado la vara
de mando del Gobierno andaluz gracias única y exclusivamente al apoyo explícito
de un miembro de Ciudadanos Andalucía, partido que amaneció en nuestra tierra
con lluvia y temporal, con rayos y truenos, y que podría hundirse para siempre
jamás en los fangos del abandono en las próximas elecciones andaluzas. Sin
duda. Porque los votantes pueden ser traicionados, despreciados y estafados;
pero sólo una vez. Y si no hay un
cambio drástico de rumbo, ya pueden ir buscándose los militantes de Ciudadanos
Andalucía un portal que les guarezca de la lluvia; un portal que ya no podrá
ser UPyD, del que muchos salieron dando unos portazos que quebraron las
bisagras. Busquen un portal en el que guarecerse del temporal, porque el de su
partido desaparecerá sin remisión como ya desaparecieron el Partido Andalucista
e Izquierda Unida. Y ambos por la misma razón: entregar el Poder al Mal que
asola a los andaluces y haber para ello traicionado a sus votantes.
Mientras tanto, me pregunto: es que
no hay militantes de base ni cargos importantes en Ciudadanos con la suficiente
bonhomía, honradez, dignidad y conciencia como para parar esta debacle
anunciada? Es que solamente se va a hacer realidad la primera parte del
Principio de Peter, la que habla de que el ascenso lleva indefectiblemente a la
incompetencia? Es que no hay miembros de Ciudadanos que sean verdaderos ciudadanos? Es que no hay en este partido bases capaces de hacer su
trabajo en condiciones y de poner a este Juan Marín y a su camarilla acojonada
fuera de circulación para por fin empezar
a hacer aquello para lo que les votaron, y que no es otra cosa que limpiar
la corrupción desde dentro?
Ciudadanos de Ciudadanos: no veis a
Juan Marín? No acabáis de captar la profundidad de lo que ha hecho? Es que no teneis
ojos en la cara para daros cuenta de que Ciudadanos, a día de hoy en Andalucía,
se ha convertido en el epítome de la Traición? Cuánto tiempo más vais a esperar
para dar el asalto definitivo a la cúpula del partido? Hasta cuándo vais a
soportar las críticas diarias a la puñalada que asestó vuestro líder a los que
esperábamos un soplo de aire fresco? Para eso entrasteis en el partido,
militantes de Ciudadanos? Para ir avergonzados desde la sede hasta vuestra
casa?
Hola? Hay alguien ahí? Hay alguien
en vuestro partido que pueda cumplir la segunda parte del Principio de Peter? Hay
alguien con el suficiente nivel de vergüenza torera?
El artículo está muy bien, pero quiero pensar, estimado Eduardo Maestre, que has escrito esto con un teclado inglés (que no tiene "¿"), si no, no se entiende,...
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