Artículo de Mazelmind
El tema de la ANC (Asamblea Nacional Catalana), sus orígenes y métodos nunca estaría completo sin mencionar a los niños. Como muchos sabéis, el nacionalismo ha crecido de la mano de los niños o más bien, llevando de la mano niños educados en la inmersión lingüística y lo que la envuelve. La ANC no hace más que subirse al carro de algo que está normalizado desde la era pujoliana. En Cataluña los menores son una pieza muy importante del proyecto de país. Para el sistema educativo, la televisión pública e incluso para algunas familias es legítimo que la descendencia sea educada para garantizar el futuro del régimen.
Estos son hechos conocidos. La misma Inger Enkvist, pedagoga e hispanista receptora del XX Premio a la Tolerancia ha hablado ampliamente del uso perverso de la educación en Cataluña. Los alumnos, que deberían ser el sujeto del sistema son en realidad su instrumento. No son alguien a quien se pretende educar para que saque lo mejor de sí mismo y pueda ser productivo allá donde vaya, sino alguien a quien se enseña lo necesario para que perpetúe un estado de cosas que está encabezado por los que han sido educados en sistemas con amplitud de miras y que necesitan formar a los “soldados” que sean capaces, con su ignorancia, de permitirles continuar ostentando poder y abultadas cuentas de banco.
Para los lectores del resto de España seguramente no es nuevo que los alumnos catalanes no aprenden la misma historia de España que otros niños españoles y que aquí la educación pública y concertada se adapta a una agenda política.
Además de no poder instruirse en la que es la lengua materna de la mayoría de la población los alumnos, aprenden una particular historia de España y reciben información acerca de parte de su entorno filtrada por unas “gafas” que no les permiten ver la ”realidad-realidad” sino una que la ingeniería social fabrica para la construcción del nuevo dizque país. Es un caso curioso, fijaos: La educación impuesta es un sistema artificial, que no usa como recurso la lengua materna de la mayoría y el país del que hablan en gran parte de los libros de historia y geografía es igualmente artificial. Se habla de reinos que no han existido, se cuentan medias verdades y se crean lazos afectivos a través de mitos y manejo perverso de los afectos.
La Asamblea Nacional Catalana no es excepcional en cuanto al uso de los niños. La cantera está más que preparada para que se la utilice sin suscitar grandes disconformidades. La educación hace su trabajo y la Asamblea sólo necesita estirar la mano y coger algo de lo que ya hay. La utilización de menores de edad para hacer propaganda independentista es casi una costumbre. No hay fiestecita del 11-S que no haga publicidad del evento mostrando lo felices que van a ser las criaturas en “ un país libre”. Ha habido casos en la televisión pública como el de un conocido programa televisivo infantil que hacía entrevistas a niños a los que se había hecho pintar la Cataluña independiente y se les pedía que hablasen de ella. El asunto fue conocido y ampliamente criticado pero todo sigue igual.
Este año, ante la cercanía de La Diada y las elecciones, la ANC utiliza todos los recursos a su alcance para publicitar el evento y conseguir asistentes. La campaña para promover la asistencia al 11-S busca tirar de las familias (ya se sabe: un evento festivo y familiar) y convencerlas de que todo es apto para sus niños, mismos que necesitan vivir el proceso que los lleve a liberarse de España y tener su nuevo país. Se explica a los pequeños que la independencia es una cosa que hace mucha ilusión y se les vende el cuento aprovechando que aún “creen en los Reyes Magos”.
A continuación se muestra un vídeo encontrado en la prensa independentista. Si hemos de hacer una interpretación del mismo podemos decir que la libertad está representada por el avión que vuela. La verdad es que puestos a crear simbología la obviedad es casi insultante. Se muestra a un padre (bueno, buenísimo, por supuesto) fabricando en conjunto con su hijo un avión que pintan de estelada y cuando el niño lo hace volar la ANC da paso a la petición de llenar los tramos vacíos de la Meridiana, que por lo visto no son pocos.
Otro ejemplo lo encontré en el barrio de Gracia donde la ANC atraía a los niños con actividades lúdicas y dibujos. Ellos son el gancho para los padres. Se acercan, pintan amables dibujos sobre lo ideal que será el mundo cuando tengan su país y de paso los padres se informan, compran alguna camiseta y con suerte se apuntan a algún tramo por llenar del desfile de la Meridiana. Todo esto rodeado del consabido buen rollito de la ANC. Ellos, por supuesto, reciben en sus chiringuitos a quien haga falta. Si se acerca un pequeño que viene con unos padres que no son indepes, no lo hacen de menos, sólo faltaría. Incluso se puede hacer algo de pedagogía con la gente que vive “equivocada” creyendo que ya es libre.
En Hospitalet, la ANC necesita trabajar duro porque el personal es bastante reacio a tomarles en serio. Así que de nuevo utilizan el infalible recurso infantil. Los invitan a hacerse un antifaz de gato.
La publicidad pone literalmente: “Antifaz para niños y niñas independentistas. Sé el #CAT de casa”. A continuación un dibujo de un antifaz de gato estelado. Lo sorprendente, no es, aunque debiera, que los niños necesiten hacer antifaces estelados sino que la ANC ya supone la existencia de niños independentistas. Lo triste es que no se equivocan. Saben perfectamente en qué aguas pescan.
Ahora recuerdo una invitación del AMPA del colegio de mis hijos para una conferencia impartida por gente de la ANC que se titulaba “la educación en el nuevo país”. La diferencia entre AMPA y Hampa a veces se pierde cuando “El bien supremo” está en juego y gran parte de las asociaciones de padres de familia se prestan a hacer de medio de información con el “público cautivo”.
La utilización de niños para hacer propaganda política independentista es despreciable y el hecho de estar normalizada no mejora la situación. Los menores no son independentistas ni lo contrario y tampoco necesitan crecer condicionados por la política. Tienen derecho a que en un país como España se les proteja del uso perverso de su imagen. Ni hablar ya del derecho a crecer con otras personas de su edad y poder relacionarse con ellos sin los prejuicios impuestos por la educación que señala al que dice palabras en castellano o al que no ha ido a la vía catalana o lo que sea que haya decidido hacer la ANC el año en cuestión.
Hace muchos años que los niños catalanes son utilizados como patrimonio y a nadie le extraña que la ANC utilice algo de lo que es usufructuaria. Se puede recurrir al defensor del pueblo pero como ya expliqué en mi anterior artículo, el presidente de la Asamblea ha sido adjunto del defensor del pueblo. Esas pequeñas y tiernas criaturas que no están corrompidas ni han tenido tiempo de hacerse amigos de Herri Batasuna y otros malos son muy útiles para dulcificar el mensaje rupturista y para disfrazar la crispación de buen rollo. Hay familias que tienen tanto anhelo de liberarse de “nosequé” que olvidan los derechos de sus hijos y en realidad es la publicidad perversa y la política hecha educación lo que nos oprime a todos.
Excelente análisis.
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