Artículo de Carolina Rodríguez-Cariño
Durante los meses de junio y julio parecieran pasar
inadvertidas "esas" fechas relacionadas con la historia de Venezuela.
Su importancia queda en un segundo, tercero o último plano para una tierra que
actualmente está más inmersa en lo urgente, en esa sobrevida entre la violencia
y un desabastecimiento infinito, en una pobreza que llena el alma de muchos
venezolanos quienes no alcanzan a entender cómo en poco más de 16 años se ha
acabado con la esperanza.
La mayoría de las ocasiones uso mis letras para explicar a mi hijo la historia del país donde nació, que está conectado indefectible y entrañablemente a éste donde vive, a su casa, España. Hay fechas en las que se nos mezcla la vida, personas y hechos que deberían estar enmarcados en negritas en el hilo conductor entre ambas tierras. Con mucho más riqueza que pobreza.
Pero se sobrepone una realidad que me llega de cerca.
Hablo con "mi gente" y el "no hay" es el común denominador de todas las conversaciones. La angustia se impone ante la imposibilidad de poder paliar la necesidad de un país normal, ese que sabemos que sí existió.
Entre tanto se me hace increíble escuchar y leer en esta España "del siglo XXI" a la izquierda radical hablar sobre un proceso constituyente, y asegurar que Venezuela es un ejemplo de democracia, esa misma izquierda que ahora profesa no serlo tanto.
La historia no perdona, y en algún momento pasará factura a tanto "buenismo". Creen que con ello borran de la faz de la tierra los cientos de presos políticos y de conciencia que tiene mi país desde hace más de 16 años, durante ese régimen Castro-Chavista que ha llevado a la miseria esa "tierra de gracia" y a otros países vecinos.
La mayoría de las ocasiones uso mis letras para explicar a mi hijo la historia del país donde nació, que está conectado indefectible y entrañablemente a éste donde vive, a su casa, España. Hay fechas en las que se nos mezcla la vida, personas y hechos que deberían estar enmarcados en negritas en el hilo conductor entre ambas tierras. Con mucho más riqueza que pobreza.
Pero se sobrepone una realidad que me llega de cerca.
Hablo con "mi gente" y el "no hay" es el común denominador de todas las conversaciones. La angustia se impone ante la imposibilidad de poder paliar la necesidad de un país normal, ese que sabemos que sí existió.
Entre tanto se me hace increíble escuchar y leer en esta España "del siglo XXI" a la izquierda radical hablar sobre un proceso constituyente, y asegurar que Venezuela es un ejemplo de democracia, esa misma izquierda que ahora profesa no serlo tanto.
La historia no perdona, y en algún momento pasará factura a tanto "buenismo". Creen que con ello borran de la faz de la tierra los cientos de presos políticos y de conciencia que tiene mi país desde hace más de 16 años, durante ese régimen Castro-Chavista que ha llevado a la miseria esa "tierra de gracia" y a otros países vecinos.
Sobre ello ha escrito recientemente Daniel Lacalle en su blog. Lo hace no sin sorprenderse cómo un país que lo tenía todo para estar entre los mejores del mundo, se encuentra sumido en altos porcentajes de pobreza crítica y un salario mínimo ubicado entre los peores del planeta.
"la pobreza real supera el 55%. Muy por encima del 26% oficial aunque el gobierno se niega a publicar cifras oficiales recientes. El salario mínimo interprofesional es de 29 dólares al mes. Ni un dólar al día. Descontando el impacto de la inflación, que en Venezuela supera ratios de doble dígito, el crecimiento real de Perú, Chile o Brasil en los últimos catorce años es más de tres veces superior al venezolano. Esto en un país que es de los más ricos del mundo en petróleo, que contaba con empresas líderes en sectores de todo tipo, y que ha desaprovechado la época en que disfrutó de unos precios del petróleo que se multiplicaron por diez para despilfarrar, destruir el tejido productivo y encima depender aún más del petróleo, mientras sus dirigentes populistas y los llamados boliburgueses se llevaban miles de millones de dólares."
No puedo entender cómo el mundo ha hecho mutis ante la violación diaria de los Derechos Humanos de millones de personas. Cómo se ha venerado la figura de un traidor que quiso ser "golpista y héroe", frustrado por un sistema que funcionó en su momento.
Cómo olvidan en pocos meses que existen personas que han obtenido réditos del erario público venezolano. Cómo borran de su memoria inmediata la figura de un Monedero quien fue "veedor internacional" en el referédum revocatorio de 2004, el que ha sido estudiado estadísticamente por cómo hacer que los números cambien en horas a "tu favor". Cómo quieren obviar que vivió en el Palacio de Miraflores y fue "asesor" de Hugo Chávez durante más de 10 años, llevando consigo en su mochila particular a otros hoy figuras principales de Podemos, Pablo Iglesias, Carolina Bescansa, Íñigo Errejón y Luis Alegre.
Pero recientemente lo que más llama la atención es que se nombra "de puntillas" en los medios de comunicación la relación entre Venezuela e Irán, algo que lleva años ocurriendo en detrimento del pueblo venezolano. Una extraña relación sobre la que Moisés Naim en 2009 evalúa, señalando cómo pueblos diametralmente diferentes, opuestos en muchísimos aspectos mantenían políticamente un objetivo en común.
"Pero los parecidos van más allá de la economía. Si Ahmadinejad apoya a Hezbolá, Chávez apoya a las Farc. Mientras Ahmadinejad intenta controlar Líbano, Chávez lo hace con Bolivia. Ambos sueñan con presidir una potencia regional. Ahmadinejad promete la desaparición del Estado de Israel y la caída del Gran Satán. En Venezuela, donde no se sabía qué era el antisemitismo, ahora se profanan sinagogas y Chávez se queja de que el estrado de Naciones Unidas donde le tocó hablar después de George Bush le huele a azufre satánico. El gobierno venezolano es hoy más hostil hacia Israel que los de Egipto o Libia".
AlekBoyd en su artículo "WhoisTareck El Aissami?" (2013) identifica a un personaje que ha tomado rápidamente el liderazgo de un régimen, también nombres y hechos asociados con Él. La lectura se hace aún más interesante si se van abriendo los link que gentilmente Boyd va "dejando" colgados a lo largo de ella, como la ya conocida asociación en Hugo Chávez y la FARC por lo que el llamado NarcoEstado, también mencionado en diferentes post en el blog País Bizarro.
Boyd también señala los datos que un año antes publicaba el Departamento del Tesoro de EEUU sobre Hezbollah, Colombia y Venezuela.
En diciembre de 2014, en otro post de este mismo blog me referí a Tareck El Aissami, así como también esa extraña relación que ha permitido estar a Pablo Iglesias y su gente, con su programa La Tuerka en una televisora iraní, HispanTV.
Pareciera todo bien pensado, premeditado, programado para alcanzar la península y "asaltar el cielo". Buscamos los orígenes de un pasado reciente, y encontramos al comunismo como punto de coincidencia, tanto en Madrid como en Barcelona estamos viviendo su inicios.
Entre tanto las noticias a ambos lados del Atlántico siguen relacionando este mundo occidental, que conocemos, con el árabe, del que apenas sabemos, y en particular Irán. Muchos leemos estupefactos sobre "el trato" del Presidente Obama, mientras justifica "thedeal" como "era ésto o la guerra", la que pareciera llevar como guinda el agradecimiento de Putin.
"El presidente (Obama) agradeció al presidente Putin por su importante papel" en la llegada a un consenso con Teherán, que "culminaron 20 meses de intensas negociaciones", señaló la Casa Blanca en un comunicado".
Sí, a Irán se le da carta blanca para continuar con sus armas nucleares, por las que ha ido por Uranio a Venezuela, Y entonces, ¿qué pasa con toda la información que tiene el Departamento del Tesoro de EEUU sobre la relación entre Hezbollah y Venezuela?
Como antes había mencionado, existe una mano que mece la cuna, quizás alguien ayude desde El Caribe, donde según la administración Obama se reabrirá pronto la embajada, en contra de los Republicanos del Congreso de EEUU. Creo que muchos al igual que yo nos preguntamos: ¿quien está sentado realmente desde hace casi 8 años en la Casa Blanca? ¿A qué intereses responde?
La historia se repite indefectiblemente. ¿Qué ocurrirá en Europa? ¿Nos quedaremos de brazos cruzados?
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