Queridos
mortales:
Hay una frase en
que pulula por internet que me encanta “GILIPOLLAS NO LLEVA TILDE, PERO SE
ACENTÚA CON EL TIEMPO”. A esta gran verdad me gustaría añadirle una de cosecha
propia: “EL NÚMERO DE GILIPOLLAS CRECE DE MANERA EXPONENCIAL EN FUNCIÓN A LA
VARIABLE TIEMPO”. Esta frase tiene doble lectura: a medida que pasa el tiempo
hay mas gilipollas en este mundo; o bien, conforme una servidora cumple años ha
disminuido el umbral en cuanto al concepto “gilipollas” se refiere.
En cualquier
caso también hay dos versiones sobre la etiología de tan insigne palabra:
- Según la RAE “gilipollas” viene del caló, donde un “jilí” es alguien “inocente o cándido”.
- Según una leyenda madrileña muy castiza “gilipollas” viene de Don Baltasar Gil Imón de la Mota, que era un señor con tres hijas casaderas muy feas (las pollas) a las que paseaba por los madriles para buscarles novio. Cada vez que aparecían, las gentes decían: “Ahí llegan Don Gil y pollas”.
Yo me voy a
quedar para mi artículo con la versión de la RAE, porque, aunque en Andalucía,
gracias a Ciudadanos, vamos a ser los Gilis que bailemos con la Fea unos
cuantos años (“Ahí llega Don Marín y Pollas), voy a pensar que a los “Gilis” a
los que me voy a referir en mi artículo les puede mas lo
cándido e inocente que otra cosa.
Porque, queridos
mortales, hay que ser muy “gilicándido” para no vacunar a tus hijos. Ya 200
años antes de Cristo los orientales vacunaban, las vacunas han erradicado
enfermedades que hacían que la raza humana tuviera una calidad de vida nefasta.
La ciencia avanza y el mundo avanza de su mano. Pero el movimiento “Gilivacas”
ha decidido que no es bueno vacunar…… Es como cuando una mujer me dice que no
quiere epidural porque quiere parir de la forma mas natural posible…..un
“giliparto”, vamos. La medicina ha
logrado que el dolor de parto, equivalente a romperte 20 huesos de una vez,
quede notable y soportablemente reducido, la epidural, queridas mortales, no te
hace menos madre, sino una madre menos “cándida”.
A lo que iba,
las vacunas….En 1998 un tal Doctor Andrew Wakefield publicó un estudio en la
prestigiosa revista científica Lancet en el que ligaba el uso de la vacuna
triple vírica con la aparición de casos de autismo. De nada ha servido que se
haya demostrado que todo el estudio era un fraude y que la misma Lancet se
retractara de haber publicado el artículo de marras. El movimiento antivacunas
sigue hacia delante captando “cándidos” para sus filas.
Con lo cual
tenemos un considerable grupo de niños
sin vacunar aprovechándose del hecho de que sus pequeños coetáneos si están
vacunados y, de este modo, es raro contagiarse…….hasta que ocurre. Brotes de
sarampión, que, al ser una enfermedad “menos grave”, quedan rápidamente
olvidados y un brote de difteria…..que puede ser mortal, que daña
irreversiblemente los órganos, y que llevaba sin verse un caso en España 30
años…….Vino Gil, apagó el candil, candil, candilón, cuenta las veinte, que las
veinte son….porque, o cuento hasta 20 y me relajo, o desato la furia del
Olimpo.
Porque, queridos
mortales, no solo se contagia el niño que enferma, sino que sus amiguitos del
cole, cuyos padres no cayeron en la “candidez” de no vacunarlos, también son
portadores de la enfermedad, aunque, GRACIAS A LA VACUNA, no la padezcan. Es
decir, los niños vacunados pueden transmitirla, ya que son portadores de la
bacteria. Aquí aplico otra frase de internet:”MI LIBERTAD TERMINA DONDE EMPIEZA
LA TUYA”
Mire usted,
doctor, a mi los avances de la ciencia me parecen cosa de las compañías
farmacéuticas que solo quieren lucrarse a costa de los ciudadanos (perdón por
lo de Ciudadanos, no era con ánimo de insultar). Así que, señor doctor: voy a
parir con dolor de ruptura de 20 huesos; no voy a vacunar a mis hijos; sufriré
las migrañas a pelo, al igual que las hemorroides; ahórrese cualquier
tratamiento médico conmigo…. ¿Tiene usted sanguijuelas para practicarme una
sangría? Me han dicho que es mucho mas natural. Porque estoy en armonía con la
naturaleza, soy así de “cándida”.
Queridos
mortales, está claro que me he vuelto intolerante con la edad….. ¡Cuánto Gil y
Pollas veo por doquier! Gilivacas,
giliprogres, giliselfies, giliwassap, gilituiteros, giliseguidoresdemaduro………lo
único que me consuela es que, casi con la papeleta en la ranura de la urna, en
las pasadas elecciones se hizo una luz en mis entendederas y me salvé “in
extremis” de convertirme en una GILICIUDADANA.
Porque no me
digáis que hoy no hay unos cuantos que se sienten así.
No hay vacuna contra la estupidez, que sepamos. Felicidades y un saludo. Pedro de Tena
ResponderEliminarMuchas gracias.Si la estupidez quedara erradicada,desaparecería la polémica y el mundo sería mucho mas aburrido. Tiene que haber de todo,como en botica fuera del territorio SAS....porque aquí...ay!!
EliminarMe ha gustado mucho tu artículo, más por la parte que me toca, como comenté en otra ocasión soy padre de una niña con autismo y he conocido a otros padres con más poder adquisitivo que yo que se han gastado auténticas fortunas en médicos que afirmaban curar prácticamente el autismo eliminando el gluten de la dieta de su niño, o tomando vitamina B12, y por supuesto no sólo no se curaron sino que les provocaron otros problemas de salud.
ResponderEliminarMe ha encantado tu ironía de los giliciudadanos. Yo soy uno de ellos, lo confieso. Al igual que muchos listos que se han aprovechado de la credulidad de unos padres de niños autistas en su curación, los de Ciudadanos se han aprovechado del descontento legítimo de los españoles con los partidos tradicionales, y en eso no se diferencian de Podemos. Yo quise darle una oportunidad a otro, y me encandiló el marketing sumamente bueno de C, s y el evidente carisma de Albert Rivera, que en mi tierra donde nací, Cataluña, lo ha hecho muy bien. Hasta acabé haciendo campaña por C, s.
Como digo quise darle una oportunidad a otro, y me equivoqué.
Gracias por su comentario. No hay nada que me ofusque mas que una tomadura de pelo en cuestiones de salud,únicamente que esa tomadura se refiera a niños. En cuanto a tomaduras de pelo en cuanto a cuestiones políticas.......se me acaban hasta las palabras,y eso que sufro de diarrea verbal crónica. Un saludo
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