Dudar no es un mal psicológico para el que navega en el
azaroso mar de perplejidad que acompaña a todo proceso crítico. Al mismo
tiempo, cuantos más conocimientos acumulamos mayor es el tamaño de nuestra
ignorancia. Del sepere auda siempre brota la docta ignorantia de la que
hablaban los clásicos. Y en España no hay nada más clásico que querer llevar
razón a todas horas. Para demostrarlo, voy a contarles algunos secretos que la
gran mayoría desconoce.
Estoy convencido de
que todos están convencidos de que vivimos en el año 2015. Sin embargo, yo
podría afirmo lo contrario. Según algunos cálculos, Cristo había nacido en el
753 AC- los romanos fechaban los acontecimientos desde el año en que, según la
leyenda, se fundó la ciudad de Roma y ese año era el 1 AUC, iniciales de ab
urbe condita, es decir, de la fundación de la ciudad. Como el sistema era muy farragoso, al
implantarse el cristianismo en el Imperio, se implantó la costumbre de contar
los años a partir del nacimiento de Jesús.
Este año fue el 1 Anno Domini- año del señor para los telespectadores de
Canal Sur- De tal forma que si Jesús nació en el 753 AUC, significaba que Roma
se habría fundado en el 753 a.C.
Empero, hoy sabemos que Herodes el Grande subió al trono en el 716 AUC, es
decir en el 37 AC
y que reinó durante treinta y tres años hasta que, cansado de dar por saco,
murió en el 4 a.C.
Así que es imposible que Jesús naciera en el año 1 y mucho menos en el año 0
que no existe. Por lo tanto, el año del
nacimiento de Jesucristo debe retrasarse al menos cuatro añitos para coincidir
con los Evangelios de Lucas y Mateo donde se afirma que el de Nazaret- tampoco
era de allí- coincidió con el reinado del rey Herodes. La responsabilidad del error en los cálculos
se atribuye a Dionisio el exiguo que, al parecer, debe su apodo a los pocos
conocimientos que tenía. Así que la próxima vez que el zumbado de turno se le
acerque con la fecha exacta del fin del mundo, tómese una copa de champagne
francés a mi salud.
Hoy día todavía hay una inmensa mayoría que afirma que el
mundo es exactamente como lo percibimos. No obstante, los científicos han
establecido que nuestra forma de ver las cosas está marcada, como no podía ser
de otra manera, por nuestros limitadísimos sentidos y, eso es determinante para
observar la realidad circundante de la forma en la que lo hacemos. Igualmente,
el movimiento de rotación de las galaxias y su progresivo alejamiento a dos
velocidades solo son explicables por la existencia de una materia oscura que no
podemos percibir y que forma parte del 95% del universo La conclusión es
evidente; no hemos de fiarnos ni de nuestros propios ojos.
Al margen de los sentidos que nos traicionan, hay grandes
expertos a la hora de manipular la realidad histórica. Probablemente, si a
cualquier hijo de vecino se le preguntara por el episodio de La Armada
Invencible, pensaría que esa guerra la ganó Inglaterra cuando, en realidad, fue
una simple batalla de un conflicto que tuvo a España como vencedora como muy
bien queda patente en el tratado de Londres de 1604. En la taifa del sur, que es la mayor idiocia
que ha conocido el globo terráqueo, se ha convencido al personal de los
orígenes moros del personal cuando, la historiografía, los repartimientos y los
análisis genéticos apuntan a que los andaluces de hoy son descendientes de los
cristianos del norte. Blas Infante, además de ser un hombre a miles de mentiras
pegado, se inventó un pasado que jamás ocurrió.
Dudar debería ser una asignatura de obligado estudio en
nuestras escuelas. Allí los niños
aprenderían a vacilar ante los textos bíblicos. A Recelar de las verdades
históricas. A desconfiar de los
vendedores de aspiradoras. A fluctuar para volver a las fuentes con la
intención de desaprender. Especialmente en un lugar tan cochambroso
intelectualmente hablando como Andalucía. Esa tierra que apenas avanza en la
propaganda oficial y que me recuerda a aquel chiste:
- María hace tiempo que no follamos.
- No pluralices Paco.
Y es que mientras insisten en que no nos están engañando,
más cara de cornudos se nos queda. Duden. Ha llegado la hora de cuestionarlo
casi todo.
Demasiado forzado, demasiado rebuscado
ResponderEliminarEstimado Sr Richart; muchísimas gracias por dejarme una crítica. En verdad soy de los que piensa que cuando más de cinco personas me dan la razón, indefectiblemente he de defender la opción contraria. Tal vez por ello yo deba reflexionar el resto de la jornada junto al mar. En mi defensa, si usted me lo permite se encuentra el hecho de crecer, en una familia de fuerte tradición liberal donde se cuestionaba todo. Y claro, yo salí de aquella manera.
EliminarLa ironía, como dijo un gran hombre, es que todas nuestras dudas se solucionarán después de morir. Pasamos toda la vida intentando encontrar respuestas y, la única forma de saber que pasa es que nos atropelle un autobús y nuestro único consuelo es que Dios sea el conductor de dicho autobús. Así que hasta ese momento, creo que vamos a ser todo dudas. En cualquier caso, prometo esmerarme para que mis trabajos no le parezcan tan rebuscados. ¿Qué le parece si empiezo la próxima columna con un "mi mamá me mima?
Siga con salud.
jajajajajajaja que buena respuesta.
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