Ayer, dirigiéndome al trabajo a primeras horas de la mañana,
pude observar estupefacto a varios afectados por el “Síndrome de Olfri”. Y
ustedes me preguntarán, y con razón, qué prestigioso científico era ese tal
“Olfri”, un nombre con cierta sonoridad nórdica, que descubrió tal enfermedad.
Nada más lejos de la realidad. Simplemente es un anglicismo
acuñado por un servidor, que procede de la expresión inglesa “all free”, que
traducido de forma literal al español sería “todo gratis”.
Cada mañana, en la Puerta de Jerez de Sevilla, dos jóvenes
reparten “periódicos” gratuitos entre los viandantes, sin que nunca se haya
formado una cola de espera para llevárselo. Pero ayer, al llegar a la zona,
vislumbré de lejos una fila de unas 13 o 14 personas, un fenómeno desconocido
que me llamó poderosamente la atención, hasta que al pasar por el lado lo
comprendí.
No puedo entender la excitación que les produce a muchos
ciudadanos ponerse en una cola en la que regalan dos o tres galletas envasadas,
y para colmo, con aceite de nabino como ingrediente (para los legos en la
materia, aceite de colza o nabo). No observé indigentes del lumpen, ni niños sacados
de las novelas de Charles Dickens, ni inmigrantes que pasaran alguna necesidad.
No, eran personas de las que pasan todos los días dirigiéndose a su trabajo, a
la Universidad o de vuelta a casa tras terminar su jornada laboral.
¿Por qué enfebrecen de esa manera muchos ciudadanos cuando
se reparte algo “gratuitamente”, aunque su valor sea insignificante? Tras ver
el espectáculo, me puse a reflexionar sobre estos comportamientos.
Muchos ciudadanos prefieren recibir lo que “alguien” les ofrece
“gratis” que elegir por ellos mismos lo que realmente necesitan o quieren. Si
se analiza en profundidad, en la mayoría de las ocasiones se concluye que estos
ciudadanos sacrifican su libertad, sometiéndose a la voluntad del ofertante.
Trasladen esta reflexión al campo de la política. ¿Cómo van
a triunfar en España las tesis liberales, si los “ciudadanos” prefieren que
otros elijan por ellos? Y entrecomillo “ciudadanos” porque desde el momento que
renuncian a su propia libertad y ceden a otros –los gobernantes- la facultad de
elegir y responsabilizarse de sus vidas, comienzan a ser súbditos.
¿Por qué tiene que elegir un gobierno en qué gastar el
dinero que me gano con mi trabajo, y no puedo elegir yo en qué gastarlo? He
escuchado mil veces en boca de muchos ciudadanos que ellos votan al partido
“xxxxx” porque ofrece becas de estudio, da libros “gratuitos”, subvenciona a
fondo perdido a PYMES, autónomos, asociaciones, paga viajes a la tercera edad,
organiza fiestas o celebraciones “gratis”, etc., etc., etc. Es decir, votan ser
súbditos.
¿Gratis? ¿Pero todavía no se han dado cuenta que todo ese
gasto es posible gracias a cada tasa o impuesto que pagamos todos? Entre otros
tributos, pagamos IVA, impuestos del juego, impuestos especiales (tabaco,
alcohol, cervezas, combustibles, electricidad, transporte, etc.), impuestos
ecológicos, sucesiones, donaciones y transmisiones patrimoniales, IRPF, impuesto
sociedades, etcétera.
Imagínense, por poner un ejemplo, que los trabajadores
pudieran disponer del 50% del IRPF de sus retribuciones para que cada uno lo
gastara –o ahorrara- como quisiera. Hagan las cuentas de lo que supone al año.
¿No preferirían acaso reducir las elefantiásicas Administraciones Públicas y
organizaciones dependientes o vinculadas del Estado, Comunidades Autónomas y
Municipios y Provincias, y disponer de ese dinero para elegir en qué gastarlo?
¿No se dan cuenta que están eligiendo los políticos en vez de ustedes en qué
gastar su dinero?
Si se redujeran los impuestos y tasas, y el Estado se
redujera al mínimo imprescindible, la ciudadanía elegiría libremente en qué gastar todo ese dinero. Nada más ni nada menos
que está en juego la libertad de los individuos. Si otro elige por usted, en cierto modo ese “alguien” está
condicionando su vida, y su libertad desaparece. Si sigue optando por
políticos que piensan por usted, que eligen en qué gastar su dinero, que
deciden por usted condicionando su vida, ¿qué le queda a usted?
Nada es “gratis” en esta sociedad. Puede ser que el
“Síndrome de Olfri”, queridos lectores, no exista como tal; pero, a mi juicio,
una sociedad cuyos individuos renuncian a su responsabilidad y ceden su
libertad a otros creyendo que saldrán beneficiados, realmente está enferma.
Pasen ustedes un buen fin de semana…si les deja su gobernante.
Si te dan un producto gratis, entonces tu eres el producto.
ResponderEliminarMuy acertado tu comentario, Manu. Así es.
EliminarDemasiado marketing en todo en detrimento de la verdad. Y en la política se ha convertido en imprescindible al haberse degenerado tanto. Un abrazo!
Magnífica reflexión, Luis. También llegué a observarlo, e incluso caí alguna vez ante esas galletas del diario 20 minutos. Pero no había cola. Yo en cuanto veo una cola, para cualquier cosa, intento alejarme lo más posible.
ResponderEliminarGracias, Rafa! Es cierto, de las colas siempre hay que alejarse, especialmente si es de una fiera.....;-)
EliminarUn abrazo!
Yo también fui de izquierdas, hasta que perdí a mis padres, muy joven, y tuve que empezar a va verme por mi mismo, entonces comprendí que el socialismo es una estafa al pueblo, lo condena a la miseria con una ilusión de libertad y bienestar (la paradoja de la satisfacción) pero la realidad es que es robarle a los pobres para dárselo a los ricos, las élites de partido.
ResponderEliminarMás que robarle a los pobres diría que la izquierda en este país (y en algunos otros también) tiene la obsesión por igualarnos a todos por abajo, en vez de hacerlo por arriba, y los dirigentes, por supuesto, muy por encima de todos.
EliminarPara ello utilizan, entre otros, el instrumento de la incultura y la degradación del sistema educativo. Si tienes tiempo, haz este análisis: coge el Informe PISA y compara las Comunidades Autónomas, observando a quienes votan los jóvenes peor preparados y los que están mejor preparados. ¿Se entiende ahora por qué en este Régimen andaluz los jóvenes seguirán fracasando en el sistema educativo? Y son varias generaciones!!!
Saludos!
Dicen que en las últimas elecciones ha ganado el populismo. Pero esencialmente ha ganado el infantilismo. Infantilismo heredado de la dictadura pero conservado, mimado y promovido por la castuza....Gobierno de España...
ResponderEliminarEfectivamente, todavía existe la mentalidad de "súbdito" en vez de la de ciudadano. Todavía hay demasiada población que no ha saboreado lo que es la LIBERTAD. Así nos va...
EliminarSaludos!