Sería bueno que los ciudadanos distinguieran bien el grano de la paja, escudriñando a fondo la trayectoria, la valía personal y el entorno de tanto "mesías" que pulula alegremente entre el fragor entusiasta de los propios y la ignorancia sutil de los ajenos. Quien no ha sido capaz en su vida de labrarse un porvenir desde el esfuerzo y la aplicación, física o intelectual, difícilmente puede encauzar con criterio y objetividad la gobernanza de intereses tan diversos y encontrados como los de un colectivo o comunidad de ciudadanos.
Es fácil, muy fácil a juzgar por lo que se ve y por lo que se oye, prometer por ejemplo rebajas de impuestos y, simultáneamente, incrementos y mejoras de todo tipo de prestaciones sociales. ¿Y eso quién lo paga? Los más ricos, dicen sin pensárselo dos veces, quienes consideran rico al que gana un euro mas que él, es decir los socialdemócratas de nuevo cuño en un país como el nuestro donde predomina tanto izquierdista progre de boquilla que dice aspirar al modelo social de los países nórdicos. A estos que presumen de lo que no son habría que preguntarles si pondrían en marcha medidas para controlar el gasto del gran público como las que se empiezan a aplicar en aquellos países, donde se prohibirá el pago en efectivo en restaurantes, peluquerías, supermercados y otros establecimientos de consumo. Posiblemente muchos de los que hoy gritan tanto se escandalizarían de tales controles, porque podría afectarle a muchos de los que protestan. Y es que, a veces, controlando el gasto también se descubre a perceptores de ayudas y subvenciones que trabajan opacamente y en su vida no han pagado un solo euro al fisco.
genial! da en el clavo.
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