El enigma de la UMA

La Universidad de Málaga acaba de encargar al bufete Díez Picazo de Madrid un informe jurídico para demostrar su tesis;” la Fundación General del supuesto primer templo del saber malacitano (FGUMA) es una entidad privada y no pública”. El asunto no es baladí ya que de tener razón la señora Rectora Adelaida de la Calle, el ente podría saltarse los criterios que rigen para la selección de personal y, del uso del presupuesto en entidades públicas. Sin embargo, si usted, querido lector, sigue leyendo hasta el final, el que aquí suscribe le demostrará que la tesis de la rectora no se sostiene.
Permítame, antes de entrar en detalles, recordarle que Doña Adelaida ha sido una abanderada de la enseñanza pública y encabezó en su momento las protestas contra los recortes del gobierno central en materia educativa. 

La Fundación es gestionada y dirigida por el yernísimo de la rectora de la UMA Felipe García Bernabé donde, por cierto, también prestan servicio el yerno del gerente de la UMA, José Antonio Molina, y el hijo del vicerrector de Coordinación Universitaria, José Ángel Narváez. Fue en 2014 cuando el sindicato CSI-F advirtió de las irregularidades a la hora de contratar. El pasado mes de diciembre la Fiscalía de Málaga instó a la FGUMA a presentar información sobre su estructura, régimen de contratación, departamentos y normativa tras la denuncia interpuesta por CSI-F sobre los presuntos casos de enchufismo en la entidad. Algunos meses antes, el mismo sindicato presentó otra denuncia ante el Tribunal de Cuentas, a fin de que se investigaran las transferencias de la Universidad a su Fundación General y a la Fundación Eccus. Gracias a la información presentada, la Fiscalía Provincial de Málaga acordó abrir diligencias. En esos papeles se da cuenta de pagos desde la UMA a su Fundación por un montante global de más de tres millones de euros. La cosa está muy clara, la UMA financia a su Fundación sin que sus presupuestos hayan sido nunca aprobados, sin darles publicidad y sin ser sometidos al Consejo de Gobierno de la propia Universidad como establece la Ley Andaluza de Universidades. La conclusión es clara; la Fundación se nutre de fondos públicos para funcionar de forma privada y es dirigida, ver para creer, por un familiar de la mismísima Rectora.

Por otra parte, todos aquellos servicios que en la UMA son rentables fueron en su momento privatizados y entregados a la Fundación. Los cursos de español para extranjeros es uno de esos servicios. Málaga representa el 80% del turismo idiomático en Andalucía y es, por derecho propio, la segunda ciudad de España tras Salamanca en este sector. Es evidente que la Fundación comenzó a explotar estos cursos situados en el marinero barrio de El Palo y, a día de hoy sus trabajadores son conscientes de que cobran de la UMA pero sus jefes les aseguran que trabajan para una institución privada que hace y deshace a su antojo. Además, los 800.000 euros que vienen consignados a estos cursos provienen de los presupuestos de la UMA. Blanco y en botella.

Como ya publiqué en mi blog y en la revista digital Por Andalucía Libre las irregularidades en la UMA son flagrantes. El Campus de Excelencia Internacional (CEI) nació de la unión entre la UMA y la US. En diciembre de 2001 llegó a la UMA la cantidad de 3 millones de euros destinados a Andalucía TECH; 800.000 eran para becas de alumnos y 2.200.000 para gastos administrativos. Me dirigí personalmente a comprobar, in situ, el edificio de Biotécnica. Allí me encontré unos despachos espectaculares pero no hallé a nadie trabajando en aquel lugar. Posteriormente llegaron otros 500.000 euros de la UE que venían a completar una inversión de 8.000.000 sin que nadie, hasta día de hoy, haya podido explicarme adonde fue a parar dicho dinero.

Otro asunto que me llamó poderosamente la atención en su momento fue la cantidad de 90.000 euros que salían de la UMA mensualmente para la Fundación de Felipe García Bernabé. Me aseguraban que esa pasta había servido para la creación de páginas webs o supuestos mantenimientos informáticos. Curiosamente la UMA dispone de un Servicio Central de Informática encargado de atender estas demandas. Lo único claro es que ese dinero que la UMA destinaba a la Fundación llegaba a través de una cuenta bancaria de Unicaja que, supuestamente, estaba patrocinándoles. Este punto es muy importante ya que en el patronato de la Fundación figuran representantes de entidades privadas como la mencionada Unicaja o el Banco de Santander, pero sus presupuestos provienen del dinero asignado a las universidades andaluzas. También es muy enigmático que el patronato apenas se reúna dos veces al año y su gestión no dependa de este organismo.

A día de hoy, CSIF Málaga pide por escrito al Tribunal de Cuentas que se investiguen los pagos de la UMA a la fundación ECCUS por un montante de 1.156.000 euros recordando, por si no fuera bastante con las anteriores denuncias, que se trata de un ente deudor de la Hacienda Pública y Seguridad Social cuyo titular es el hijo del gerente de la Universidad. Por otra parte, el sindicato también reclama al Tribunal una investigación seria sobre las transferencias anuales de la UMA al grupo Joly. Ese entramado empresarial que recibe un año sí y el otro también numerosas subvenciones de la Junta de Andalucía y que, faltaría más, obtiene muchos premios andaluces de periodismo por sus alabanzas al régimen socialista en la taifa del sur.

En definitiva, la UMA es un buen ejemplo de cómo funcionan las cosas en la peor autonomía de España. Un lugar donde el nepotismo, el enchufismo y el latrocinio institucionalizado hacen emigrar a todos aquellos que podrían marcar la diferencia en la tierra con más paro de España. Sería bueno, por tanto, que todos los papanatas que se dedican a manifestarse por las calles de la Capital del Reino, volcaran su indignación con lo que está ocurriendo a nuestra vera. El que aquí suscribe le queda, de momento, seguir informando sobre el enigma de una de las peores universidades de España gracias, entre otros, a Adelaida de la Calle.

Para saber más, consultar en Rebelde del Sur y Por Andalucía Libre