¿Por qué no ha llegado la democracia a Andalucía transcurridos 40 años desde la muerte de Franco?
¿Por qué el PSOE ha ganado durante 30 años las elecciones andaluzas?
¿Por qué los hijos de los afectos a la antigua dictadura son los padres del nuevo régimen socialista del sur europeo?
¿Por qué la región más rica de Europa no tiene, a día de hoy, futuro?
Si tienen la paciencia de leer “La tela de araña andaluza: el poder de un régimen”, de principio a fin, pueden ustedes encontrar el más exacto relato escrito y documentado sobre las causas que han hecho posible la pervivencia ininterrumpida de un régimen político, el socialismo andaluz, durante las últimas tres décadas. Descubrirán, a través de una detallada información, el mejor argumentario escrito al respecto, fruto de un minucioso trabajo periodístico desarrollado a lo largo de décadas de investigación, seguimiento y denuncia.
Sus autores, Pedro de Tena y Antonio Barreda, han sido invisibilizados por la maquinaria propagandística del Régimen; ninguneados, silenciados, ocultados. Se les ha declarado muertos en vida. No existen. Para su aparato goebbelsiano de marketing y publicidad, igual que una mentira mil veces repetida acaba convertida en una verdad solemne, la verdad ignorada es el mayor desprecio. No adquirirá siquiera rango de mensaje al viento. Acabará siendo, como mucho, clamor en el desierto. Tormenta en el silencio. Luz entre ciegos.
Sin embargo, inasequible al desaliento, Pedro de Tena inició el 10 de marzo, en Por Andalucía Libre y Libertad Digital, la publicación de una serie de valiosísimos documentos que tienen por objeto "explicar por qué, desde 1982 y hasta 2012, sucesiva e ininterrumpidamente, el PSOE ha ganado las elecciones andaluzas". ¿Por qué Andalucía es la única región de España donde la alternancia política, regla de oro de la democracia, no ha sido posible?
Se explica por la progresiva penetración ideológica de la administración autonómica. Se explica por la ocupación partidista de la administración local. Se explica por su infiltración en el movimiento ciudadano, sindical y empresarial. Se explica por su control milimétrico del universo cultural e intelectual –desde la enseñanza primaria hasta la Universidad; desde los clubes de lectura de las bibliotecas de barrio hasta los Ateneos y Academias de mayor prestigio-; se explica por el control de la publicidad institucional y de los medios de comunicación (prensa, radio y televisión); se explica por la creación de más casas del pueblo que municipios tiene la región; se explica por la compra de votos por abajo con las migajas del PER y otros programas tan actuales como el EMPLEA y el Bono Joven; se explica por la compra de votos por arriba a través de las millonarias subvenciones europeas... Todo ello pagado con dinero de todos: andaluces, españoles y europeos.
En Andalucía no ha habido elecciones libres nunca. La hegemonía del socialismo ha sido fruto de la ocupación irregular de la sociedad andaluza por una organización de malhechores –travestida en partido político- cuya única obsesión ha sido acaparar y mantener su poder omnímodo por siempre jamás. El nuevo Régimen se erigió sobre los cimientos del antiguo. Y ahora recoge sus cenizas para resurgir otra vez cuál ave Fénix, reencarnado en una ordinaria amapola aureada por una blanca transparencia. La roja y honrada, si es necesario, intentará auparse a lomos de un círculo sobre fondo morado o de la marea norteña de sayo anaranjado o magenta para sobrevivir. Dará igual el color. Fagocitará a todos. Incluso, si es necesario, volverá a embaucar con sus cantos de sirena al docto profesor de Latiniparla –Cornelia dixit- y a su panda, que se presentan ahora como puros e incorruptos después de haber compartido durante tres años mesa, mantel y cama.
Por fortuna, e independientemente de los resultados del 22 de marzo, Andalucía cuenta en 2015 con una resistencia real para hacer frente a los bárbaros invasores. Y no me refiero a las pocas alternativas políticas, aunque poco fiables, surgidas de repente. Me refiero a una ínfima, aunque in crescendo, representación de la ciudadanía -¡nos felices pocos!-, dispuesta a no dejarse arrebatar lo que es suyo. Dispuesta a pelear a cara de perro –como nos han enseñado ellos- en esta guerra sin cuartel a la que nos ha llevado su avaricia. Son ellos o nosotros. Sus hijos o los nuestros. Esa es la disyuntiva. Sin paliativos.
Hay esperanza. Existe un futuro digno para las generaciones jóvenes en la tierra donde nacieron. Pero, hay que pelearlo. Y no va a ser fácil. Para todo aquel que esté dispuesto, la nueva batalla empieza ¡YA!
Mara, en mi comentario, que no se siquiera si salió a la luz, sobre tu artículo "Malditos sean" o algo así, manifesté mi admiración más profunda sobre la persona más valiente que he conocido diciendo las cosas como son, con las palabras necesarias y claras sobre la situación de nuestra patria chica. !!!Qué podría decir que no hayas dicho tu en ese artículo tan perfecto en su contenido como en las formas de decirlo!!!! Ahora, solo unas semanas después, tengo que decirte que, con las mismas formas y vocabulario, todos tenemos que cambiar nuestra estrategia si queremos conseguir algo y, además, a largo plazo, porque las nuevas "elecciones" nos han demostrado que con esta estrategia LA GUERRA SIEMPRE ESTARÁ PERDIDA. Lo vengo comentando en estos artículos de gente tan generosa que me permito comentarles. Admiro tu conclusión de tu artículo de hoy, pero me temo que tengo que desilusionarte con gran dolor de mi corazón. "Por este camino, estos malignos siempre nos vencerán". Sin embargo, tenemos otro camino: Enriquezcamos a sus hijos y nietos con una buena EDUCACIÓN, con una dosis de CULTURA, ayudémosles a saber pensar, a decidir por sí mismos, a despreciar las mentiras y las piedras de molino que les quieran inculcar estos malignos . Se que será una labor enormemente costosa, ingrata y contra el monstruo pero, al mismo tiempo, gratificante. Requerirá, además, muchos años, pero merecerá la pena para los que (nuestros hijos o nietos) lo consigan. Nosotros no lo veremos, pero habrá valido la pena para nuestro orgullo. Gracias
ResponderEliminarMara, en mi comentario, que no se siquiera si salió a la luz, sobre tu artículo "Malditos sean" o algo así, manifesté mi admiración más profunda sobre la persona más valiente que he conocido diciendo las cosas como son, con las palabras necesarias y claras sobre la situación de nuestra patria chica. !!!Qué podría decir que no hayas dicho tu en ese artículo tan perfecto en su contenido como en las formas de decirlo!!!! Ahora, solo unas semanas después, tengo que decirte que, con las mismas formas y vocabulario, todos tenemos que cambiar nuestra estrategia si queremos conseguir algo y, además, a largo plazo, porque las nuevas "elecciones" nos han demostrado que con esta estrategia LA GUERRA SIEMPRE ESTARÁ PERDIDA. Lo vengo comentando en estos artículos de gente tan generosa que me permito comentarles. Admiro tu conclusión de tu artículo de hoy, pero me temo que tengo que desilusionarte con gran dolor de mi corazón. "Por este camino, estos malignos siempre nos vencerán". Sin embargo, tenemos otro camino: Enriquezcamos a sus hijos y nietos con una buena EDUCACIÓN, con una dosis de CULTURA, ayudémosles a saber pensar, a decidir por sí mismos, a despreciar las mentiras y las piedras de molino que les quieran inculcar estos malignos . Se que será una labor enormemente costosa, ingrata y contra el monstruo pero, al mismo tiempo, gratificante. Requerirá, además, muchos años, pero merecerá la pena para los que (nuestros hijos o nietos) lo consigan. Nosotros no lo veremos, pero habrá valido la pena para nuestro orgullo. Gracias
ResponderEliminarNo hay causa más noble y justa para los andaluces , de bien , que desenmascarar a estos delincuentes.
ResponderEliminarGracias, Mara. Pedro
ResponderEliminar