La democracia formal

Don Cosme y Don Damián

-Pablo Iglesias antepone la igualdad a la libertad, por eso no puede ser demócrata.

-No puede.

-¿Podemos? ¿Podemos? ¡Poder! Hambre de poder, ambición, oportunismo.


-Se ha aprovechado de la indignación.

-¡Del vómito contra el consenso!

-La gente vomita y desconoce el origen de su patología. No se trata de la corrupción, sino de su causa. ¿Van a dejar de ser corruptos por sí mismos los corruptos? ¿No se dan cuenta de que quienes pactan un acuerdo para limitar la corrupción se reconocen corruptos? ¡Ni siquiera Felipe VI sabe cuál es el origen de la corrupción!

-Un rey que ni reina ni gobierna. Un rey que a diferencia de su padre, que sí conspiró, traicionó y gobernó antes de que se aprobara la falsa constitución de 1978, sólo puede leer discursos bajo la supervisión del jefe de la oligarquía, en este caso, Rajoy.

-¡Y ejercer de chófer del sedicioso Artur Mas!

-¡Maldita imagen! Lo que hay que aguantar. Pero volvamos al asunto de la democracia. Se dicen demócratas los oligarcas, los opositores, los ambiciosos de poder que no tienen escrúpulos. Demócratas de propaganda, demócratas en sus sueños, porque no tienen ni idea de lo que es la democracia.

-Explíqueselo.

-Me remito a Don Antonio García-Trevijano. ¡Lean Teoría pura de la República! ¡Atrévanse a quitar la venda de sus ojos! ¡Por favor! El sábado vi a Luis del Olmo en Telecinco. Todos los servidores oportunistas de la oligarquía de partidos desfilan por las televisiones afines al régimen. ¿Trevijano? ¡No! Para él hay veto, censura, porque desean enterrar la verdad de lo que pasó antes, durante y después de la Transición. Él lo sabe, porque lo vivió en primera persona, fue uno de los protagonistas.

-¡Cuánta razón tiene!

-¿Democracia? Le voy a explicar a toda esa gente lo que es la democracia, porque no creo que se atrevan a leer Teoría pura.

-Detestan la verdad porque la mentira es su medio de vida.

-Niegan la verdad. No se enseña la democracia en los colegios.

-La forma de gobierno, la democracia formal. Tres son los pilares de la democracia. Quien no asuma estos tres pilares no es un demócrata; será otra cosa, pero no un demócrata.

-El primero…

-La igualdad de todos ante la ley: la república. Pero no la república por oposición a la monarquía, sino la república positiva, la de la libertad.

-El segundo…

-La representación ciudadana. Donde hay listas de partido, ya sean abiertas o cerradas, que da lo mismo, ya que ambas son elaboradas por los jefes de los partidos, no hay representación. Los integrantes de las listas de partido no representan a los ciudadanos, sino al jefe que los ha designado. Para que haya representación se debe elegir a los diputados de forma uninominal, por mayoría absoluta y a dos vueltas en distritos pequeños (de unos cien mil habitantes). Los habitantes del distrito votan y eligen a una sola persona para que los represente y para que defienda sus intereses en la Asamblea Nacional.

-Clarísimo. El tercero…

-La separación de poderes. El ejecutivo, la facultad de gobernar, y el legislativo, la facultad de legislar, deben permanecer separados de raíz. Al Presidente de la República se le elige en comicios distintos de los que se celebran para designar a los representantes de distrito. Ejecutivo y legislativo deben ser sometidos a unas reglas de juego, han de vigilarse y controlarse mutuamente, sus ambiciones tienen que enfrentarse sin la menor piedad.

-¿Y la facultad judicial?

-Como dijo Montesquieu, se trata de un poder casi nulo. Por lo que el cometido de la constitución democrática ha de ser la garantía de la independencia judicial. Don Antonio García-Trevijano propone en TPR que el gobierno de los jueces (el Consejo de Justicia) sea elegido por todo el ámbito judicial, jueces, fiscales, abogados en ejercicio, procuradores, secretarios judiciales, etc..

-Me ha quedado clarísimo.

-Gracias.