Confundir

Cornelia Cinna Minor

Confundir, esa es la cuestión: complicarlo todo, liar. El juego de una imagen inventada y pagada a golpe de cientos de millones de euros de nuestras mermadas arcas en clientelas, en fomentar el miedo, en marketing, en promesas de empleo, en hacernos ver lo que no es; pero vótame. Tanto con Disléxico, Pies Ligeros o su hEREdera Susánida hacen lo mismo y son lo mismo. Ellos se montan su
película y les dan palomitas con puestos de trabajo público o subvenciones a los palmeros del Régimen.

Indicios racionales de criminalidad

Que nos toman por imbéciles no es una hipótesis o una posibilidad; no: es un hecho. Que todo tiene una secuencia pensada, calculada y en determinados puntos probablemente negociada, también, como vimos en el aforamiento de dos de los imputados en el Tribunal Supremo.

Lo único que estaba fuera del guión era el golpe de mesa de Pedro Sánchez en Ferraz, que ha dejado muda a Susánida; pero los teléfonos han echado chispas y el conato de limpieza se ha abortado. No hay "espátulas" en Andalucía, señores. Aquí no se toca nada.

Todo es de un despropósito tal, que antes cae el secretario general de un partido histórico, como es el PSOE -cortocircuitado desde dentro-, que los cinco imputados que van a ser investigados en el Tribunal Supremo y los cuatro en el Tribunal andaluz. Indescriptible, vamos. Se inmola un partido nacional enterito por "cuatro golfos". Es increíble la poca responsabilidad política e histórica que tienen estos descerebrados por no hablar de ética y de moral, ninguna.

Con el caso de los ERE y su pieza separada -buscada ad hoc- de los cinco fantásticos en el Tribunal Supremo VIP estamos viendo la escenificación institucional más vergonzosa de los últimos tiempos por la cantidad de 855millones presuntamente robados, por ser dinero público, por ser los implicados personajes, barones históricos del PSOE, expresidentes y exministros, y por la protección desmedida, sin caretas, que estamos viendo por todos lados -esto pasa en la banda contraria y tenemos ERE hasta en la sopa, como debe ser.

Sus carísimos abogados han evitado que el Tribunal Supremo lanzara el suplicatorio al Congreso y al Senado para llamarlos a declarar. ¿Cuál era la "trampa" para evitarlo y sacarle la mayor ventaja? Ir voluntarios, pese a que el auto del 13 de noviembre ya presuponía una imputación o inculpación, por así decir, informal, porque admitía que había indicios generales contra los aforados. Juego leguleyo y filológico. La búsqueda de los recovecos jurídicos y neoconceptualizaciones es demencial, mostrando a las claras la perversión del sistema democrático y la poca honorabilidad de nuestros políticos.

Pero -se le olvida a los de la conciencia muy tranquila- los señores Disléxico y Pies Ligeros -aforado por IU-, que fueron avisados por la Intervención ¡¡quince veces!! de que no era legal lo que estaban haciendo en los ERE, no echaron cuenta a la Cámara de Cuentas ni a nada. Ellos eran los máximos responsables de la fiscalización de esos millones, como de los demás miles de millones de los cursos de formación, Invercaria, Marismas, Bahía Competitiva, etc.

La Junta ha sido y es un descontrol absoluto, como lo demuestran los numerosos casos de corrupción e irregularidades miles, detectadas por los inspectores europeos.

Las vendas transparentes

La Pregonera ha quedado a la altura del negro betún con un giro discursivo de chiste; ya no es que si los imputan, los crujen o los echan, sino en caso de imputarles un delito -parece que es un nuevo tipo de imputación. Otro triple salto mortal a la poca vergüenza: ahora resulta que la imputación no es imputación. Una ruptura conceptual dinamitada porque va en contra del principio de identidad y de los diccionarios de términos legales al uso. Una imputación de un delito, como el agua húmeda, hambre de comida o el fuego que quema. Precioso. Qué poético.

Susánida ha mutado a peonza de sí misma con sus inventos de salvar el tipo fallidos, pero en sus acciones sí que no se ha movido ni un milímetro: ha defendido y arropado a los imputados, señalados o preimputados del PSOE andaluz, sin caretas. Eso sí: cantos de sirenas a sus paniaguados, miles.

Habló Ledesmes; comentó el Ministro; respondió el Consejero de Justicia. Todo como una piedra narrativa lanzada en la superficie de la charca de nuestro dinero público perdido. Y nosotros, viendo cómo la piedra iba pegando saltitos vergonzantes hasta el fondo de la ignominia. Lo estaba viendo y me acordaba de la salida de la espada Excálibur en el lago, y, sobre todo, de O Fortuna con mil coros, retumbando todo el sur de España con los tambores de Calanda de fondo. Manda huevos. Dignidad, ninguna; cara, mucha, y la reacción del pueblo, la de siempre: ninguna.

Imputado, procesado, acusado

Se imputa por unos hechos que pueden ser constitutivos de un delito, que son los del informe de noviembre por prevaricación y malversación, enviado por la juez Alaya en su auto al Supremo. Nos mienten, nos confunden y juegan al lío, a que veamos lo blanco, negro; y lo azul, rojo.

Cuando vayan, en abril, a declarar ante el Supremo, si éste ratifica lo expuesto por Alaya, emitirá un auto de procesamiento, con lo que el imputado pasa a ser procesado, i.e, que sobre su persona se realicen los actos de investigación que puedan derivar o no en el último de los pasos, que es el de la acusación. Ahí pasará el procesado a ser acusado; a saber: el fiscal le pide al Juez una pena por un delito concreto, que es lo que se dilucidará en el acto final del juicio oral.

Las declaraciones que vamos a escuchar son tan previsibles que ya hasta aburren:

1º. Ellos no sabían nada y menos, de lo que votaban en los Consejos de Gobierno, fraguado en los "consejillos", y firmaban sin leerlo. Eran tontitos.

2º. Ellos pensaban que era todo legal -y si no lo era, cambiaban la Ley como la Ley del Enchufismo, para eso fueron muy listitos.

3º. Ellos no se han llevado nada; pero alguien se lo ha llevado y no velaron por el dinero público, que era su responsabilidad.

4º. Ellos son las víctimas, por lo visto, de una juez malísima a la que insultan un día sí y el otro también.

5º. La culpa fue de Guerrero, el meretricero deglutinador de gin-tonics y coca, el marronero al que le quieren echar todas las culpas.

6º. Ellos se enteraron por la prensa, como tantos otros y "otras".

7º. Ellos pasaban por ahí.

Las mismas declaraciones que van a repetir, como loros, cacatúas y papagayos, los mariachis de los cuatros aforados, que se han atrincherado en la Diputación permanente del Parlamento con el visto bueno de la presidente en funciones de la Junta de Andalucía. La inefable luchadora contra la corrupción y consentidora de todo este circo.

Pero retomemos las famosas afirmaciones del Presidente del Consejo Consultivo de Andalucía, que dijo que todo lo de los ERE se quedaría en "...a lo mejor en algún diputado, pero no los expresidentes ni los exconsejeros, y de ninguna manera los ex directores generales de Presupuestos"; todo se quedará en "un mero trámite" para un partido que va a caer en una o en dos elecciones. La prepotencia es vomitiva.

Sostiene Alaya

Alaya ha respondido en un auto a los abogados de la Papagayo y al de Santa Teresa sobre citar a los interventores del Estado -la pieza clave-, el día 26 de febrero, que no tiene fechas para no coincidir con tantas elecciones. Inusitado todo en su conjunto porque los abogados no defienden a sus clientes sino que atacan a la juez. Todos contra Alaya por señalar a la clase gobernante andaluza como corrupta. Esto parece el caso Alaya en vez de los ERE.

No sólo le marcan el calendario de actuaciones sino que la desacreditan cuando les place, sin miramientos ni contemplaciones. No es sólo corrupción, sino presunta delincuencia organizada, según la juez. Ahí es donde está el busilis.

Por otro lado, la Junta le niega sistemáticamente los informes de la Intervención sobre otras empresas de la Administración paralela: Extenda, Egmasa, Epdasa, Giasa o RTVA para ver si el mecanismo de las transferencias de financiación la aplicaban igual que con la Agencia IDEA, la de los ERE. La Junta le dice a la juez que ni loca le da esa información. Quien no lo vea, que se compre unas gafas.

Coda:pero ni pío de dónde están los millones; curioso.