Mara Mago
Domingo, 25 de enero. 22,30
de la noche. Se confirma la noticia que, a instancias de la propia
presidenta, llevaba una semana dando
vueltas en todos los mentideros políticos’’.
‘’El Gobierno de coalición de izquierdas
en Andalucía, después de casi tres años de convivencia, se rompe. La
secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz ha comunicado esta noche al coordinador regional de IU, Antonio
Maíllo, la ruptura del Ejecutivo y el adelanto de las elecciones
autonómicas al próximo 22 de marzo.
La líder de los socialistas andaluces, que había prometido el viernes a Maíllo,
que sería el primero en conocer su decisión, le ha llamado sobre las 21.20, según fuentes del Ejecutivo,
para agradecerle los servicios prestados’’.
¡Que levante la mano quien no supiera que los socios del
cogobierno andaluz acabarían rompiendo
de malas maneras y precipitadamente antes de final de legislatura¡
Lo sabían ellos, los autores del acuerdo de gobierno. Lo
sabían y reclamaban sus bases, asqueadas unas por el trágala de la corrupción
de los socios. Las otras por su bovarismo ascendente o superioridad congénita. Y
lo sabía el resto del personal, salvo ingenuos buenistas incorregibles, incluida
esa oposición a la que, aún sabiéndolo, le ha pillado desprevenida.
La
gente de IU que estuvo en el ajo del pacto sabía de la ruptura inevitable, porque
conocía de antemano las tropelías e infidelidades del partenaire. Sin embargo,
se sometió obnubilada por los oropeles de palacio y, en una huída
desesperada, para cobijarse del frío que
hace fuera del poder, la soledad, el menosprecio,
las dificultades para salir adelante sin más recursos que los propios. Por eso,
se engañaba a sí misma y a sus votantes dilatando una convivencia de
impares, dibujando un panorama idílico en el que la recuperación del voto clásico de
izquierda sería justa recompensa a su magnífica gestión gubernativa, a su
entrega humillante y al abandono de sus principios, valores e ideas. En
tres años han aprobado dos leyes de las 28 pactadas.
La gente del PSOE llevaba escrito en la frente desde el
minuto uno del ‘’si quiero’’ la
traición. Lo suyo es genético. Nunca
hubo amor. El pacto fue un instrumento, una manzana envenenada para IU, que
permitía a los socialistas, una vez más, y van nueve legislaturas, salvarse de
la quema de los infiernos donde habrían caído si pierden Andalucía.
Estamos, pues, rememorando a García Márquez, ante la ‘Crónica de una ruptura anunciada’’. No
podía ser de otra manera. Tampoco el futuro que espera a IU. Ninguno. Al acceder
a entrar en la cueva de Alí Babá, en realidad, estaban pagando a Caronte para
que el barquero de Hades, el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos a través de la laguna Stigia,
condujera a la coalición a la Nada política.
Algunos de la pandilla de ilustres demagogos insolidarios
que vendieron su ‘’supuesta’’ alma de
izquierda por un despacho y un coche oficial han tomado el barco esta misma semana. Mientras,
una mayoría de sus bases corre a echarse en brazos de otro Caronte moderno,
surgido de las profundidades de la historia, el líder de esa suerte de nuevo
Frente Popular que les ha prometido restañar las viejas heridas de su memoria histórica y alcanzar sus anhelos
libertarios.
Estamos, pues, ante
la ‘’Crónica de una ruptura anunciada’’ que, en las filas de la socialdemocracia,
versión suribérica, anhelaban desde el inicio del contubernio. Sólo tenían que decidir
el momento, una vez que el matrimonio por interés les ha permitido atar todos
los cabos que quedaron sueltos tras las últimas elecciones. Una vez que el atrevimiento de lanzarse al precipicio de
un nuevo horizonte electoral les asegura
la pervivencia, al menos, durante una legislatura más, y serán diez. Casi
cuarenta años de régimen absoluto socialdemocrático andaluz. Sólo tenían que
decidir la fecha más conveniente a sus planes y la forma más bochornosa para
sus ex.
Y se echó a suertes con un predictor.
El tonto útil siempre fue una figura muy importante en los planes de la izquierda y IU ha sido el tonto útil de esta tragedia. No es la primera vez que la izquierda vencedora elimina a sus compañeros de viaje cuando ya no los necesita, de hecho siempre ha sido así, y además con un cinismo y un desprecio que no tiene con sus adversarios. IZQUIERDA UNIDA, casi me das pena, pero no puedo olvidar el papel bochornoso que hiciste en la insultante para la inteligencia Comisión de investigación de los ERE en el Parlamento, casi parecía que la culpa fue de Arenas. La culpa es tuya por pactar con el diablo.
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