martes, 22 de noviembre de 2016

Engañar deliberadamente o prevaricar tan ricamente


Artículo de Paco Romero


Hace casi un mes, con ocasión de la aprobación por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía del Decreto-ley 5/2016 que ha(bría) de regular la jornada de trabajo del personal empleado público de la Junta de Andalucía, tuve la ocasión de manifestar mi opinión al respecto, que no es otra que la del respeto a la legalidad, sin triquiñuelas ni retorcimientos, basándome, exclusivamente, en que se trata de una competencia estatal que, en concreto, ha fijado una jornada laboral mínima de 37 horas y media semanales y que, a más a más, había sido refrendada por la Sentencia del TC 99/2016 que desestimó una reclamación similar de la Generalidad de Cataluña y de otra más reciente, del Gobierno de Castilla-La Mancha.

Terminaba la disquisición recordando: el decreto “que promueve tan engañosa expectativa habrá de ser ratificado, o no, en el pleno de las Cinco Llagas. Será el momento en el que todos y cada uno se retraten…”.

Y llegó el instante de la foto: el pasado día 10 nuestros 109 apoderados en el Parlamento andaluz tuvieron la ocasión de mostrar sus cartas.

Naturalmente -está obligado- que el gobierno lo recurrirá al tiempo que negociará la baza para otros menesteres desde su minoría en la Carrera de San Jerónimo…

Y no estamos solos: El presidente de la Asamblea de Extremadura a la hora de deshacer un empate en una votación también se lucía. Hasta tres veces hubieron los diputados extremeños de “darle al botoncito” a mayor gloria de doña Blanca Martín. Disfruten de los tres minutos porque no tienen desperdicio:



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