jueves, 4 de agosto de 2016

Algo está pasando...


Artículo de Luis Escribano


¿No tienen la sensación de que la vida, la Historia, parecen acelerarse con el transcurso del tiempo ante el bombardeo permanente de informaciones en los medios de comunicación –diarios, radio, televisión…- y en las redes sociales? ¿No les parece que las noticias actuales no adquieren la importancia que antaño se le otorgaba a cada una de ellas? ¿No tienen la sensación de ser arrastrados por una vorágine de acontecimientos tan veloz que ni siquiera da tiempo a procesar y reflexionar en profundidad sobre el sentido de cada uno de los hechos?

Tras la vuelta de mis vacaciones estivales, he aprovechado mi “desconexión” con la realidad –que no ha sido tanta como me hubiera gustado- para realizar este breve análisis con la perspectiva que confieren los días de descanso.

He observado que muchas personas, al leer las noticias diarias, se quedan en sus titulares, quizá por falta de tiempo, por pereza o simplemente porque no les interesan, pero quizá también porque hoy se publican y difunden tantas noticias locales, nacionales e internacionales, que no da tiempo a conocerlas todas, y menos aún a procesarlas en nuestros cerebros.

Las nuevas tecnologías han permitido que cualquier hecho que ocurra en cualquier rincón de nuestro planeta, pueda ser convertido en una noticia en muy breve plazo de tiempo, y su difusión puede hacerse viral en cuestión de minutos.

Ante ese bombardeo permanente de noticias y de la falta de tiempo para conocerlas y procesarlas todas, se opta generalmente por discriminarlas, seleccionando aquellas que por su temática, presentación gráfica u otros motivos despierta nuestro interés o curiosidad. Pero a pesar de todo, no deja uno de tener esa sensación de que todo ocurre cada vez a más velocidad, incluso de perder el control de nuestra propia vida, que parece depender de demasiados factores ajenos.

Es obvio que todas las sensaciones son producto de un ejercicio de relativización, de cambio de perspectiva, porque el tiempo sigue transcurriendo hoy al mismo ritmo que hace dos siglos. Lo que ha cambiado es el entorno, los conocimientos y nuestras ocupaciones.

También es cierto que todos esos cambios pueden producir sensaciones de “vértigo” en algunas personas, al verse desbordadas e incluso amenazadas por tantos acontecimientos.

En la España actual, la Política -con mayúscula- está ausente. Sin embargo, son los partidos políticos, y más en concreto sus dirigentes, quienes han adquirido el papel de protagonistas de una de las décadas más controvertidas de nuestra Historia contemporánea, lo cual se lo debemos en gran parte a los “mass media”. La sociedad civil parece casi no existir: el Estado de partidos que es España ha logrado su propósito.

Si analizáramos con la debida perspectiva todo lo ocurrido en los dos últimos años en el panorama político –con minúsculas-, saliendo previamente de esa vorágine de acontecimientos a la que me refería al inicio, deberíamos descubrir que las marionetas de los personajes del escenario ya no tienen hilos, y que son los títeres del público los que sí los tienen. Curiosa transformación hoy día, aunque tengo la plena seguridad de que algunos de ustedes lo extenderán a otras muchas épocas.

Vamos camino de unas terceras elecciones generales porque los españoles no hemos tenido la capacidad de darle un vuelco a la situación. Nos hemos dejado embutir en su teatro, nos manejan como títeres, y hemos renunciado a analizar y reflexionar sobre todo lo ocurrido.

En mi opinión, sólo cabe una solución en caso de nuevas elecciones, que sigue siendo la misma que dije para las anteriores: no votar. Sólo así conseguiremos cortar esos hilos que nos someten a la voluntad de los que nos manejan. ¿No lo ven? Quizá para ello sea necesario ponerse un casco para protegerse de los bombardeos informativos, pararse a observar y reflexionar en profundidad, y luego actuar en consecuencia para que podamos disfrutar en España de la Política –con mayúscula-.


http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Luis%20Escribano

3 comentarios:

  1. Buen artículo y mejor conclusión

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  2. El análisis de la situación magnífico, y con tanto desatino clamoroso en la platea política está a la vista de todos... ¿querrán verlo, o su raciocinio se verá otra vez vencido por la justificación sentimental del lado en que uno se apoltrone?
    No hay que votar, ahora votar es un acto contrario a la razón en España,propio de quienes no reflexionan y se dejan llevar de los impulsos irracionales.

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